Un nuevo ecosistema periodístico está siendo construido. Se caracteriza por la consolidación y la fragmentación, dos fenómenos conceptualmente opuestos que avanzan simultáneamente.

La gente recibía las noticias desde redacciones profesionales y las compañías periodísticas se sustentaban a sí mismas con esa exclusividad. Con Internet la información se volvió abundante y en gran parte gratuita. Con las redes sociales el contenido de las redacciones es replicado en piezas rotas. Y todos se han vuelto capaces de crear y distribuir contenido y de tener una voz pública. Ahora hay más información y eso es, indudablemente, mejor.

Pero a través de las redes sociales, las noticias profesionales y otras calificadas, se mezclan con opiniones e informaciones no chequeadas. Los rumores y los chismes comienzan a circular. A esto lo llamamos fragmentación digital.

Las empresas periodísticas están enfrentando serias dificultades. Muchas son forzadas a recortar gastos, reduciendo la capacidad de ofrecer noticias, contextos y análisis corroborados. Esto podría reducir la calidad de todo el ecosistema noticioso.

Uno de los efectos de la fragmentación digital es la polarización. Las opiniones que no están basadas en hechos y los rumores, aceleran el comportamiento de tomar rápidamente el atajo del “like” o del “dislike”. El debate pierde su matiz.

El otro efecto está en la alfabetización de los medios. La gente puede estar perdiendo la habilidad de diferenciar la información de la opinión.

Cuando las empresas no pueden cubrir sus costos, decimos que están perdiendo escala. Una solución podría ser fusionarse. Otra podría ser conseguir otras empresas. Ambas estrategias llevan a un contexto de más grandes pero menos compañías. Esto se llama consolidación.

La consolidación fortalecerá a los conglomerados. Manejan portfolios tanto de medios masivos altamente rentables como de medios prestigiosos pero moderadamente rentables.

Otro efecto de la fragmentación es la emergencia de pequeños medios dedicados a temas específicos, por lo general bajo el nuevo modelo de periodismo sin fines de lucro, financiado por donaciones.

Complementan el escenario noticioso y ayudan a mediar el debate público. A veces son vistos, acertadamente o no, como promoción o lobby. La transparencia es un deber.

Nuevos proyectos de medios pueden ser futuros objetos para más consolidación. Las empresas medianas van a encontrar poco o nada de espacio.

Los procesos de trabajo están sufriendo grandes transformaciones. La separación entre periodismo y entretenimiento, periodismo y publicidad, periodismo y promoción, e información y opinión, está, en muchos casos, poco clara o desdibujándose.

En algunas circunstancias, el periodismo está siendo aplicado como una simple herramienta o formato.

El periodismo es un método.

Las prácticas de la redacción deben preservarse. Esto podría determinar la calidad – y la responsabilidad – del nuevo ecosistema que se está moldeando.

En este nuevo ecosistema, las escuelas de periodismo deben, más que nunca, encargarse de ofrecer profesionales y organizaciones con los fundamentos del oficio. De otra forma, el periodismo enfrentará el riesgo de fallar como uno de los pilares de la libertad de expresión y la democracia.

 

Por Ricardo Gandour, Director del Grupo Estado de Sao Paulo. El texto es la introducción de “A New Information Environment” (Knight Center), traducido por Adepa.