Representantes a nivel mundial y latinoamericano alertaron sobre las agresiones contra el periodismo, la brutalidad de los ataques de parte de las autoridades, los problemas asociados a la desinformación y la falta de seguridad de los periodistas.
Santiago, 3 de mayo de 2024. En el marco del evento de la UNESCO por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, diversos líderes de organizaciones del periodismo a nivel mundial y regional alertaron sobre los riesgos y amenazas a los que se está enfrentando hoy la prensa.
En el panel “Perspectivas: cómo actualizar la Declaración de Santiago a los nuevos tiempos”, los representantes de asociaciones latinoamericanas y mundiales advirtieron sobre las crecientes agresiones contra la prensa y los medios de comunicación, el auge de la desinformación asociado a la tecnología y a las redes sociales, y la falta de seguridad de los profesionales de las comunicaciones.
Fernando de Yarza, presidente de la Asociación Mundial de Editores de Noticias (WAN-IFRA), destacó que la tecnología ha sido un gran avance, pero también está claro que ha traído daños colaterales como la desinformación.
“Yo discrepo del presidente Boric cuando decía esta mañana que nosotros somos el problema. Yo creo que la prensa de calidad que representamos somos parte de la solución. Agarrando el hilo argumental de estas jornadas, si la desinformación es el CO2, el periodismo de calidad es el bosque que atrapa ese CO2 y hace al aire puro. Creo que el periodismo de calidad no somos el problema, somos la solución”, afirmó.
A su juicio, no debemos olvidar nunca -como dijo el Tribunal Supremo de Estados Unidos en la famosa sentencia de Watergate- que nuestro trabajo es para servir a los gobernados, no para los gobernantes. “El centro de nuestro trabajo debe estar en los ciudadanos. Tratarlos como son, personas maduras, darles información para que puedan formar una opinión propia”, agregó.
Por su parte, Roberto Rock, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), recalcó que la libertad de prensa es un árbol frondoso donde se cobijan todas las demás libertades del ser humano.
“Las agresiones contra el periodismo en todo el planeta no han hecho más que crecer y tomar nuevos rostros. Ahora tenemos la amenaza de la polarización, que abarca a muchos países, el populismo y otros ejercicios, además del crimen organizado que opera en decenas o cientos de países, especialmente en las Américas, donde opera de manera muy aguda”, sostuvo.
Si bien se reconoce el impacto positivo que han tenido las tecnologías y las redes sociales en el mundo de las comunicaciones, algunos advierten los riesgos asociados a su evolución.
Marta Ramos, presidente del Comité de Diversidad e Inclusión de la SIP, alerta sobre los medios de comunicación y las plataformas tecnológicas no han sido capaces de trabajar de manera conjunta para que la información llegue de forma clara y fácil a las personas.
“El desarrollo tecnológico de las grandes empresas, sus algoritmos y la forma en que programan la forma de navegar en el ecosistema digital podrían favorecer muy fácilmente a los medios de comunicación, que han demostrado una y otra vez un trabajo profesional y de calidad”, aseguró.
Carlos Jornet, presidente Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) advirtió sobre los problemas de desinformación, manipulación y estigmatización asociados a las redes sociales, que se ven potenciados con el surgimiento con de la Inteligencia artificial.
A su juicio, hay que tener especial cuidado con el impacto político. “Estamos viviendo hoy una contraola, hay un deterioro democrático importante. En la región tenemos ya 3 dictaduras, y en el resto del continente hay muy pocas democracias que pueden considerarse sólidas…Ante eso, lo peor que hacer es bajar los brazos”, agregó.
Cristina Zahar, coordinadora del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), advirtió que los ataques de parte de las autoridades a los periodistas pueden tener consecuencias muy negativas en el periodismo.
“Los ataques que vienen desde las autoridades son brutales, porque empoderan a los otros. Si un presidente hace eso, sus ministros sienten que también pueden hacerlo, sus seguidores también y todo el mundo lo hace. Eso causa autocensura, temor (de los periodistas) por su vida y puede hacer que aumenten los desiertos de las noticias en algunas partes de los países… cuando eso pasa, se silencia la voz de los periodistas”, concluyó.