Luego de dos años de experimentación con el formulario de registro de lectores, que les permitió conocer los hábitos de lectura de aproximadamente 1,3 millones de usuarios, los directivos de Clarín se convencieron de que llegó el momento de implementar una estrategia de suscripción digital.
El gerente general de Clarín, Héctor Aranda, lo sintetizó de esta manera en una presentación especial que hizo la semana pasada con directivos de La Nación, Perfil, Infobae, La Voz del Interior, Río Negro y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa): “Esta innovación obedece a la búsqueda permanente que debe hacer la industria editorial para generar nuevos ingresos, ya que el modelo de publicidad digital no es suficiente para financiar el periodismo de calidad, como el que hacemos en Clarín”.
De los diferentes modelos existentes en la industria alrededor del mundo, Clarín optó por el denominado “poroso” (metered model, en inglés), que es el más utilizado por la prensa generalista en todo el mundo. Este sistema de suscripción implica el cobro a partir de un determinado consumo de noticias durante un periodo de un mes. En el caso de Clarín ese tope de noticias es de 40 en esta primera etapa.
Los usuarios de Clarín tienen dos opciones para suscribirse a la edición digital, que incluye también el acceso a través de las apps y la versión e-paper. En la primera el costo será de $19,90 los primeros seis meses (luego el costo es de $74,90) y en el segundo, que incluye la tarjeta de beneficios y descuentos 365 y la Revista Ñ, es de $49,90 (luego de seis meses aumenta a $164,90).
“El desarrollo y la implementación del sistema fueron realizados in-house por los equipos internos de Clarín, con la misma tecnología que utilizan los mejores medios de todo el mundo”, explicó Javier Kraviez, gerente de Marketing de Clarín. “Desde hace más de dos años que venimos trabajando con las estadísticas surgidas de la implementación del sistema de registros”, agregó.
El modelo de suscripción digital que inauguró Clarín fue implementado por primera vez por The New York Times, en marzo de 2011, permitiendo inicialmente el acceso gratuito a 20 noticias. Ahora, posee 1,6 millones de suscriptores digitales, y el tope es de 10. De acuerdo a los últimos números conocidos de NYT, los ingresos por suscripciones ya superan a los ingresos por publicidad digital (US$ 233 millones contra US$ 209).
En Estados Unidos, el 78% de los medios con más de 50.000 lectores cuentan con plataformas de pago. The Washington Post tiene cerca de 300.000 suscriptos; The Boston Globe, 78.000; y The Wall Street Journal, cerca de 1 millón, aunque en el último caso cuenta con un modelo de suscripción total, que no permite consumir información sin cargo. El mismo modelo tiene The Economist, con 346.000 suscriptores.
A nivel regional, en Brasil la implementación de suscripciones está bastante extendida en el mercado, Folha de Sao Paulo fue el pionero en 2012, y hoy tiene 90.000; mientras que O Globo tiene 50.000 y O Estado do Sao Paulo, 40.000.
Durante la presentación realizada ante los medios, Aranda enfatizó la importancia de enfrentar los desafíos de financiamiento de la industria periodística en las nuevas plataformas digitales y poner en valor la producción informativa de calidad. “Estamos ante un desafío cultural. Las audiencias eligen a los medios por la calidad de sus contenidos y eso ahora tenemos que ponerlo en valor, porque hacer un sitio informativo confiable y adaptado a los nuevos dispositivos y formatos implica un enorme esfuerzo operativo y económico”.