El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, resaltó los graves riesgos y condicionamientos que genera la proliferación de noticias falsas a la libertad de expresión y al sistema democrático y republicano. Y consideró auspiciosa la implementación de mecanismos regulatorios de prevención en el accionar de las grandes compañías globales de internet, evitando los modelos legales penales que, por amplitud en sus tipificaciones, pueden afectar la posibilidad de expresarse libremente.
Lorenzetti repasó los perjuicios de una dinámica digital que estimula la confirmación de posiciones, la adopción de extremos en la sociedad y la influencia espuria en procesos electorales, minando el «consenso entrecruzado» que nutre al debate democrático «Pensemos que estamos diciendo que es posible a través de informaciones falsas en internet condicionar la voluntad electoral, y si esto es posible alguien diría que una ‘elección es anulable porque ha sido producida en base a una voluntad electoral viciada’. Es de una magnitud extraordinaria y hay muchos autores que afirman que esto está afectando el sistema democrático», dijo el presidente de la Corte, en la comida mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), ante directivos y representantes de medios gráficos y digitales de todo el país e invitados especiales. » El problema está centrado en la capacidad que tienen distintas empresas de monopolizar de condicionar, de guiar o de controlar dentro de internet», agregó.
Después de analizar diversas normativas, Lorenzetti concluyó que los caminos jurídicos más sanos pasan por el establecimiento de incentivos adecuados para que el que administre una red desarrolle e implemente tecnología para controlar, detectar y frenar las fake news, en línea con lo que hace, por ejemplo, la legislación alemana.
Al cierre de su disertación le pidieron su opinión acerca del daño que las acciones de las empresas tecnológicas provocan en la industria periodística y, por ende, en la generación de los contenidos que alimentan una participación y un debate democráticos. En su respuesta, Lorenzetti señaló que las empresas tecnológicas, ante la ausencia de regulaciones, gozaron de un subsidio indirecto que, en una etapa de madurez como la actual, cabría eliminar. Durante su exposición, también remarcó que las limitaciones del mundo físico, como las que defienden la competencia, deberían trasladarse al mundo digital. El foco de sus conclusiones estuvo puesto en el proceso de desinformación que se extiende en el presente: «Se podría hablar de ‘el lado oscuro de la república’: los sistemas republicanos están siendo fuertemente afectados por las fake news; no es momento de ignorar, es momento de reaccionar y regular, desde la organización de las redes, los modos en que las empresas funcionan, los modelos de negocios, la función del Estado, si subsidia o no, cómo es la relación con los usuarios».
El presidente de la Corte fue precedido en el uso de la palabra por el presidente de Adepa, Daniel Dessein. «La revolución tecnológica vino de la mano de expectativas de una ampliación inédita de la libertad, la integración, la transparencia y la democracia. Hoy choca con la contracara de estas expectativas. Procesos electorales interferidos por actores que usan las redes sociales para incidir en los votantes. Comunidades contaminadas con noticias falsas que socavan el presupuesto democrático de una ciudadanía informada. Ciudadanos polarizados por algoritmos opacos», advirtió.