Bob Woodward, el eminente periodista que junto con su compañero Carl Bernstein destapó entre los años 1972 y 1973, el escándalo político más sonado de la historia estadounidense tras obligar a dimitir al presidente Richard Nixon dio una magistral charla a periodistas y autoridades de medio de todo el continente, reunidos en la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa en Salta.

Con la muerte recientemente confirmada del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de su país -Arabia Saudita- en Turquía, Woodward no dudó en comenzar su exposición con una referencia a este profesional. «La muerte de Jamal Khashoggi me recuerda Watergate, cuando Nixon dijo que su personal inferior habían organizado esas actividades y hoy sabemos que él mismo fue quien dirigió esa misión», dijo en clara referencia a las más altas autoridades del país árabe.

Luego de esta introducción, el ganador de un premio Pulitzer se refirió especialmente a los desafíos que impone la era Trump para el periodismo, dado que es el mismo presidente quien dice que son los medios quienes constituyen el verdadero problema y los ha tildado de «enemigos del pueblo» y como la verdadera «oposición».

Con libros escritos sobre cada presidente de Estados Unidos desde Nixon, ahora Woodward publicó recientemente «Fear: Trump in the White House», una crónica donde da detalles de lo que sucede en el Despacho Oval. Sobre esta dijo: «Hay que entrevistar a la gente en sus hogares. Cuando Trump me llamó en agosto él se quejó pero yo le dije este es un punto crucial en nuestra historia y yo no puedo ir a la Casa Blanca a averiguar lo que quiero saber».

«Trump es un presidente legítimo, el asunto es a qué se está aventurando. La gente de Estados Unidos mejor que no se duerma porque mi mayor preocupación es que si hay una crisis grave el presidente no tiene un equipo de apoyo, él hace las cosas al vuelo. En el libro describo en detalle la relación de Trump y su abogado personal durante ocho meses quien concluye que el presidente es un «maldito mentiroso» por eso hay que encontrar esa verdad», dijo y apuntó especialmente a los periodistas y estudiantes de periodismo presentes en la sala.

Sobre el título de su libro, cuya traducción en español es «Miedo», expresó que lo puso porque el «poder real para Trump es el miedo». De todas maneras aclaró: «Trump tiene las mismas reglas de Nixon en cuanto a la prensa pero no hay una cultura de violencia, espero que no llegue a eso»

«La estrategia de Trump es hacer que la prensa sea la oposición y ha sido gran efectivo en esta misión consiguiendo adeptos, pero por otra lado tenemos a quienes felicitan a la prensa por cómo muestran dos mundos totalmente diferentes», dijo optimista.

Luego dio una serie de recomendaciones a periodistas que pueden verse al final de esta nota y antes de cerrar recordó al periodista árabe que murió:  «Que lo de Jamal Khashoggi no sea una predicción del mundo que veremos en los próximos años en el periodismo», expresó.

 

Frases y consejos que dio a los periodistas:

«Tengan cuidado de la pomposidad. Eso es un buen consejo para todos quienes forman parte de los medios»

Al recordar Watergate habló de cómo la directora de The Washington Post les había dicho durante la investigación: «¿Por qué estamos haciendo esto? Porque ese es el negocio al que nos dedicamos. La noticia es nuestro trabajo y no le gustaremos a todos pero yo quiero que sigan con esa historia».

«En esta gestión de Trump y a los 65 años me he encontrado con más energía. Porque si quieres llegar todos los días a las 18 para cenar, este trabajo no te corresponde»

«Salgan de internet, salgan de la biblioteca, vayan a los lugares de los hechos, hagan un examen detallado. No hay nada mejor que aprender de primera mano»

«A la gente le encanta hablar, le gusta pensar que son veraces y con frecuencia hacen admisiones de responsabilidad en contra de sus propios intereses»

«Hay que encontrar gente valiente, dispuesta a decir lo que piensa e ir a ellos en vez de usar internet o ir a un despacho»

«El hogar del entrevistado es donde este se siente más cómodo. Es un método extraordinario ante una Casa Blanca tan secretiva»

 

Fuente: El Tribuno