1- Difundir “información proveniente de fuentes oficiales y especializadas en la temática”, como el Ministerio de Salud, que está encargado de relevar “los datos locales y quien comunica las medidas de prevención y asistencia vigentes en Argentina”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es el organismo que nuclea y actualiza la información oficial de cada país, y por eso resulta necesario comunicar a las audiencias, en todos los casos, los datos profesionales junto con la matrícula de las voces convocadas para el análisis de la pandemia.

2- Brindar información socialmente relevante y considerar la información como servicio y priorizar la vinculada con síntomas específicos del virus; mecanismos de transmisión; grupos etarios de riesgo; líneas telefónicas y/o sitios virtuales de atención y centros de asistencia para quienes presenten síntomas; medidas de prevención e higiene en el ámbito individual, familiar, social y laboral establecidas por los organismos competentes, así como protocolos y normativa vigente sobre cuarentena y/o aislamiento social.

3- Promover abordajes rigurosos y evitar el pánico son otras de las premisas, y por eso las informaciones deben tener una orientación concreta, precisa y chequeada que pueda orientar a la población.

Es fundamental atender y neutralizar el potencial efecto generador de pánico social que estas modalidades de comunicación pudieran propiciar y se sugiere evitar la difusión de conjeturas personales, rumores, titulares e imágenes de alto impacto, musicalización y sonidos de catástrofes al igual que magnificar los datos (cifras de personas contagiadas, falta de suministros sanitarios, entre otros aspectos) en pos de la espectacularización.

Por eso, se solicita utilizar la palabra transmisión en lugar de contagio, ya que según este catálogo resulta más precisa en el marco de esta pandemia y, a su vez, el contagio supone que hay una víctima y un victimario.

4- Priorizar el respeto de las personas: contextualizar los relatos de las víctimas en la difusión de casos representativos, con un criterio que priorice el trato respetuoso, y difundir las acciones positivas en términos de prevención.

5- Construir coberturas informativas que sean accesibles para todas las audiencias, con el propósito que los medios informen sobre la pandemia a partir de la incorporación de herramientas audiovisuales de accesibilidad, tales como subtitulado oculto (closed caption), lengua de señas y audio descripción, para procurar la eliminación de barreras comunicacionales y así garantizar el acceso a la información socialmente relevante a las personas con discapacidad, personas adultas mayores y a toda aquella audiencia que pueda tener dificultades para acceder a los contenidos (Ley 26.522, art.66).

6- Comunicar para contribuir al sostenimiento de la confianza y tener presente que una comunicación de riesgo puede contribuir a mantener la confianza, realizando anuncios tempranos y precisos, con transparencia de las fuentes de información y su debido chequeo.

7- Evitar incluir en la programación de ficción series o películas sobre catástrofes. En los canales abiertos, se sugiere organizar la programación de modo tal de no incluir este tipo de envíos y favorecer una programación que colabore a transitar los días de aislamiento sin potenciar el miedo, la ansiedad y la angustia.