A un año de la implementación de la nueva Directiva de Derechos de Autor en el Mercado Único Digital en la legislación francesa, el presidente de Groupe Les Echos–Le Parisien fue convocado por las entidades españolas AMI y CEDRO para contar la experiencia de los editores de Francia en las negociaciones con las plataformas tecnológicas sobre las condiciones de uso de sus publicaciones. Para hacer efectivo el derecho reconocido por esta norma, afirmó que es clave la unión de las empresas periodísticas. 

La Asociación de Medios de Información (AMI) de España y el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) organizaron, el miércoles 22 de julio, un encuentro virtual para conversar con Pierre Louette, presidente de Groupe Les Echos–Le Parisien, sobre la experiencia de los editores de prensa franceses en la aplicación de la nueva Directiva de Derechos de Autor en el Mercado Único Digital, aprobada por el Parlamento Europeo en marzo de 2019. 

“Tenemos que poner en marcha una entidad de gestión colectiva para defender los derechos de los editores. Este sistema colectivo tiene mucho futuro cuando uno se enfrenta a un monopolio tecnológico”, enfatizó el editor francés.  

Este mes se cumplió un año de que Francia haya incorporado este derecho a su legislación. La nueva reglamentación, que próximamente se incorporará a la legislación española, pretende armonizar los derechos de propiedad intelectual en los países miembros de la Unión Europea y adaptarlos a los usos digitales y transfronterizos que propiciaron los avances tecnológicos.

En concreto, reconoce a los editores de prensa, por primera vez y de forma explícita, derechos de propiedad intelectual por el uso digital de sus contenidos que realizan los prestadores de servicios de la sociedad de la información, como son los agregadores de noticias o los buscadores. 

La charla, que estuvo moderada por el periodista español Íñigo Picabea, giró en torno a la importancia y la necesidad de que los editores de medios luchen conjuntamente, tanto a nivel nacional como internacional, frente a los gigantes tecnológicos que reproducen sus contenidos periodísticos digitales. 

El modelo que optó Francia fue el de gestión individual y renunciable. Esta opción llevó, según el editor francés, a negociaciones individuales con las plataformas tecnológicas, lo que provocó que en la práctica ese derecho ha sido vaciado de sentido. “(Las plataformas) están mostrándose muy duras durante el proceso de negociación porque saben que después de nosotros tienen que negociar con 26 países más”, precisó. 

Por eso, Louette afirmó que para hacer efectivo el derecho reconocido por esta norma, y según demostró la reciente experiencia francesa, es imprescindible que los editores de prensa negocien de forma colectiva con los gigantes tecnológicos las condiciones de uso de sus publicaciones. Consideró que esta “es la única forma de no verse obligados a renunciar a sus derechos” y a una remuneración justa por ellos. 

A modo de ejemplo, dio cuenta de los resultados de las negociaciones de los editores franceses con Google. La multinacional americana se muestra a favor de cumplir la norma, pero bajo la obligatoriedad de los editores de firmar un convenio en el que se renuncie a sus derechos legales. Esa posición dominante y abusiva obligó a los editores a acudir a las autoridades de competencia ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo equilibrado con esta empresa tecnológica.

Por el momento, hay una resolución provisional de esta autoridad que da la razón a los editores de prensa y obliga a una negociación “de buena fe»” y, además, un recurso contra la misma presentada por la parte contraria.  “Hay que mostrar unidad frente a Google porque si no será un monopolio, una colonia digital para siempre. Tenemos que luchar juntos”, sentenció Louette.

El CEO de Groupe Les Echos–Le Parisien también fue consultado sobre si existe una diferencia remarcable entre la estrategia de Facebook y la de Google. Al respecto, Louette indicó que las negociaciones son diferentes, ya que en este caso son los propios medios de comunicación quienes deciden publicar sus contenidos en la red social o los propios usuarios los que comparten los artículos. 

Igualmente, para él pensamiento de la compañía es el mismo: “Queremos proteger al sector informativo, pero no estamos dispuestos a pagar por ello”. “Siempre hay una gran desproporción entre lo que dicen y lo que están dispuestos a pagar”, puntualizó Louette. 

Por la experiencia en Francia, recomendó al resto de países de la Unión Europea que sus leyes contemplen la irrenunciabilidad del derecho de propiedad intelectual unida a una gestión colectiva obligatoria. 

Por último, Louette planteó que los medios de comunicación tienen que ser conscientes y deben trasladar a la ciudadanía la importancia y relevancia de su trabajo. ¿Qué sería de los buscadores o agregadores de contenidos si los periódicos no existieran? ¿Cómo podría repercutir en la ciudadanía que cuando fuesen a buscar un término en Google no apareciese ningún contenido procedente de diarios? “La vida no sería la misma sin los periódicos”, concluyó el directivo francés, destacando la trascendencia y el valor del periodismo para la sociedad.