El informe de este año llega en tiempos en los que alrededor de la mitad de la población mundial acude a las urnas en elecciones nacionales y regionales, y mientras las guerras siguen haciendo estragos en Ucrania y Gaza. En estos contextos difíciles, contar con un periodismo riguroso e independiente sigue siendo más importante que nunca, pero en varios mercados los medios enfrentan los desafíos crecientes de la desinformación, la baja confianza, los ataques de políticos y la incertidumbre del negocio.
Nuestras páginas dedicadas a los países están llenas de ejemplos de despidos, cierres y otros recortes, debido a una combinación de costos al alza, una disminución de ingresos por publicidad y una fuerte caída del tráfico proveniente de las redes sociales. En algunas partes del mundo, estos retos económicos han hecho que sea aún más complicado resistir las presiones de empresarios o gobiernos poderosos que buscan influir en la cobertura y controlar las narrativas.
No existe una sola causa para esta crisis; se ha ido construyendo con tiempo, pero muchos de los desafíos inmediatos se ven agravados por el poder y las estrategias cambiantes de las grandes compañías tecnológicas, entre ellas las redes sociales, los motores de búsqueda y las plataformas de video. Algunas ahora explícitamente quitan prioridad a los contenidos periodísticos y políticos, mientras que otras han virado el foco de los medios hacia los “creadores”, y alientan formatos más divertidos y atractivos (incluyendo el video) para mantener más la atención dentro de sus plataformas. Estas empresas privadas no tienen ninguna obligación con respecto a las noticias, pero dado que mucha gente obtiene gran parte de su información mediante esas plataformas que compiten entre sí, tales cambios tienen consecuencias no sólo para el sector periodístico, sino también para nuestras sociedades. Como si esto fuera poco, los veloces avances en el campo de la inteligencia artificial están a punto de poner en marcha otra serie de cambios, como interfaces de búsqueda impulsadas por IA y chatbots, lo que podría reducir aún más los flujos de tráfico a los sitios web y las aplicaciones de los medios, y así se agregaría incertidumbre al futuro de los entornos informativos.
Este año, nuestro informe documenta la escala y el impacto de este “reseteo de las plataformas”. Con TikTok, Instagram Reels y YouTube creciendo, analizamos por qué se consumen más videos y qué cuentas convencionales y alternativas (incluidos creadores e influencers) reciben más atención cuando se trata de noticias. Además, exploramos los muy diferentes niveles de confianza que tiene la gente en su propia capacidad para distinguir contenidos fiables y no fiables en una variedad de plataformas populares en todo el mundo. Por primera vez, también examinamos detalladamente las actitudes de los consumidores hacia el uso de IA en el periodismo, con el apoyo de una investigación cualitativa en tres países (el Reino Unido, Estados Unidos y México). Si bien los medios adoptan rápidamente la IA para hacer sus negocios más eficientes y personalizar contenidos, nuestra investigación indica que deben proceder con precaución: generalmente, el público quiere que en todo momento haya humanos al timón.
Mientras los editores luchan por conectar con gran parte de las audiencias y la creciente cantidad de gente que evita las noticias selectivamente (y en algunos casos, continuamente), también exploramos distintas necesidades del usuario para comprender dónde se hallan las principales brechas entre lo que el público quiere y lo que los medios ofrecen. Y analizamos el precio que se pagan hoy por las noticias online y qué podría atraer a más personas a pagar.
Esta 13ª edición de nuestro Digital News Report, que se basa en datos de 47 mercados de cinco continentes, nos recuerda que estos cambios no siempre se distribuyen de manera uniforme. Si bien el periodismo en general está en apuros, hay medios en ciertas partes del mundo que continúan siendo rentables, independientes y ampliamente confiables. Pero incluso en esos países observamos retos en torno al ritmo del cambio, al papel de las plataformas y al modo de adaptarse a un entorno digital que cada año parece volverse más complejo y fragmentado. El panorama general se plasma en este resumen ejecutivo; luego viene la primera sección, con cinco capítulos que aportan análisis adicionales, y después, la segunda sección con las páginas de cada mercado.
A continuación, presentamos los hallazgos más relevantes de 2024.
- En muchos países (sobre todo, fuera de Europa y Estados Unidos) detectamos una disminución significativa en el uso de Facebook para consumir noticias, y una dependencia cada vez mayor de varias alternativas, incluyendo las aplicaciones de mensajería y las redes de video. En el conjunto de mercados, el consumo de noticias en Facebook ha bajado 4 puntos porcentuales en el último año.
- El consumo de noticias en las plataformas online se fragmenta: seis redes alcanzan al 10% de nuestros encuestados, en comparación con apenas dos hace una década. Casi un tercio de la muestra global (31%) recurre a YouTube para informarse cada semana y alrededor de una quinta parte lo hace en WhatsApp (21%), mientras que por primera vez TikTok (13%) ha superado a Twitter (la red ahora denominada X tiene 10%).
- Vinculado a estos cambios, el video se convierte en una fuente más importante para las noticias online, especialmente en los grupos jóvenes. Dos tercios (66%) acceden a videos informativos breves cada semana, en tanto que los formatos de mayor duración atraen a alrededor de la mitad (51%). El epicentro del consumo de noticias en video se da en las plataformas (72%) y no en los sitios web de los medios (22%), lo que incrementa los desafíos en torno a la monetización y la vinculación con la gente.
- Si bien la combinación se modifica, la mayoría continúa mencionando a las plataformas (que incluyen redes sociales, motores de búsqueda y agregadores) como principal fuente de noticias online. Apenas alrededor de una quinta parte (22%) menciona sitios web o aplicaciones de medios como principal fuente: esto representa una caída de 10 puntos porcentuales con respecto a 2018. En el norte de Europa, algunos editores han logrado contrarrestar esta tendencia, pero en todo el mundo los segmentos jóvenes muestran una conexión más débil con las marcas periodísticas en comparación con el pasado.
- Al examinar las fuentes de noticias a las que el público presta más atención en las plataformas, observamos un foco cada vez mayor en comentaristas partidistas, influencers y jóvenes creadores, especialmente en YouTube y TikTok. No obstante, las marcas tradicionales y los periodistas todavía tienden a desempeñar el papel más destacado en redes como Facebook y X.
- La preocupación en torno a qué es real y qué es falso en internet cuando se trata de noticias ha aumentado 3 puntos porcentuales en el último año, y alrededor de seis de cada diez (59%) muestran inquietud. La cifra es considerablemente mayor en Sudáfrica (81%) y Estados Unidos (72%), países con elecciones este año.
- En cuanto a la preocupación sobre cómo distinguir entre contenidos confiables y no confiables en las plataformas, los índices más elevados se vinculan a TikTok y X. Ambas redes han albergado desinformación o conspiraciones sobre la guerra en Gaza y la salud de la Princesa de Gales, por ejemplo, así como fotos y videos considerados deepfakes (contenidos falsos generados mediante inteligencia artificial).
- Mientras los medios van adoptando la IA, hallamos una sospecha generalizada con respecto a su utilización, sobre todo en noticias “duras” vinculadas a temas como la política o la guerra. Notamos más comodidad cuando la IA se emplea en tareas del detrás de escena, como la transcripción y la traducción: es decir, para apoyar a los periodistas en lugar de reemplazarlos.
- La confianza en las noticias (40%) se ha mantenido estable durante el último año, aunque en general se ubica 4 puntos por debajo del momento álgido de la pandemia. Finlandia sigue siendo el país con los niveles más altos de confianza (69%), y los más bajos se registran en Grecia y Hungría (23%), donde inquieta la indebida influencia política y empresarial sobre los medios.
- Los comicios han incrementado el interés por las noticias en algunos países, como Estados Unidos (+3), pero la tendencia general permanece en declive. En Argentina, por ejemplo, se ha derrumbado del 77% en 2017 al 45% actual. En el Reino Unido se ha reducido casi a la mitad desde 2015. En ambos países, el panorama se completa con una disminución similar del interés por la política.
- Al mismo tiempo, registramos un aumento en la evasión selectiva de noticias. Alrededor de cuatro de cada diez (39%) ahora dicen que a veces o con frecuencia evitan las noticias: son 3 puntos porcentuales más que el promedio del año anterior. Los incrementos más significativos ocurren en Brasil, España, Alemania y Finlandia. Los comentarios abiertos de nuestra encuesta indican que los intrincados conflictos en Ucrania y Medio Oriente pueden haber tenido cierto impacto. En una pregunta separada, observamos que la proporción de quienes se sienten “agobiados” por la cantidad de noticias ha trepado considerablemente (+11 puntos porcentuales) desde la última vez que hicimos esta consulta, en 2019.
- Al explorar las necesidades del usuario, nuestros datos sugieren que los medios tal vez se centran demasiado en actualizar las noticias más importantes y no dedican tiempo suficiente a brindar diferentes perspectivas o a contar historias que puedan proporcionar cierta base para el optimismo ocasional. En términos temáticos, las audiencias suelen sentirse bien atendidas en política y deportes, pero en algunos países hay brechas en torno a los contenidos locales, de salud y de educación.
- Notamos poco crecimiento de las suscripciones: sólo el 17% dice haber pagado por las noticias online durante el último año, tomando el promedio de los 20 países más ricos. Lugares del norte europeo como Noruega (40%) y Suecia (31%) tienen la proporción más alta, en tanto que los índices más bajos se verifican en Japón (9%) y el Reino Unido (8%). Al igual que en informes anteriores, gran parte de las suscripciones digitales se concentran en unas pocas marcas nacionales, lo que refuerza la dinámica “el ganador se lleva la mayor parte” que suele vincularse al sector.
- En algunos países observamos evidencias de fuertes descuentos: alrededor de cuatro de cada diez encuestados (41%) pagan menos del precio completo. Las perspectivas de atraer nuevos suscriptores se mantienen limitadas por la continua reticencia a pagar por las noticias, ligada al bajo interés y a la abundancia de fuentes gratuitas. Entre quienes no son suscriptores, bastante más de la mitad (56%) sostienen que no pagarían nada por las noticias online, y la mayoría de los demás sólo estarían dispuestos a ofrecer un monto equivalente a unos pocos dólares al mes, cuando se les presiona por una respuesta. Y entre los 47 mercados, apenas un 2% de quienes no pagan conceden que podrían abonar una suscripción promedio de precio completo.
- El pódcast periodístico se sostiene como un punto positivo para los medios, ya que atrae a audiencias jóvenes y de alto nivel educativo. Sin embargo, en general se trata de una actividad minoritaria. En un conjunto de 20 países, apenas poco más de un tercio (35%) consume un pódcast mensualmente, y sólo 13% escucha un programa vinculado a las noticias y temas de actualidad. Muchos de los productos más populares ahora también se filman y se transmiten en plataformas de video como YouTube y TikTok.
La traducción al castellano fue realizada por el periodista argentino Abel Escudero Zadrayec.