Los datos que afloraron con motivo del Día Internacional de la Mujer dejan muy claro que la brecha de género en el periodismo sigue siendo importante, no sólo en salarios o puestos de responsabilidad, sino también en la forma en que se aborda la información.
La tradición cultural e inercia, la falta de diversidad en el propio seno de las redacciones en algunos casos, y otros muchos elementos, influyen en la forma en que un periódico aborda las informaciones desde una perspectiva de género.
Para ir eliminando esa tendencia en los medios, algunas editoras han ido creando la figura de la editora de género, encargada de garantizar la perspectiva de género de modo transversal en todas las secciones del diario.
Aunque de nuevo el camino lo mostró The New York Times en octubre de 2017, cuando creó el puesto de editora de género con la incorporación de Jessica Bennett, algunos periódicos en español pronto siguieron la estela.
En España, de entre los periódicos de mayor peso, el pionero en crear una corresponsalía de genero fue el País. Era mayo de 2018, y el periódico de Prisa explicaba entonces que el objetivo de la nueva corresponsalía era “planificar y mejorar la cobertura actual sobre los temas de género. La masiva participación en las movilizaciones del 8 de Marzo en España, las protestas por la sentencia de La Manada o el terremoto que han supuesto las denuncias contra el acoso sexual del MeToo —al que sigue el incipiente movimiento Cuéntalo, en español— dan una idea del momento que atraviesa el feminismo en el siglo XXI”, explicaba El País entonces.
“No se trata solo de escribir más historias sobre mujeres, sino de incluir más mujeres en las historias”
El periódico anunciaba que la labor de su primera corresponsal de género, responsabilidad que recayó en Pilar Álvarez (Granada, 1977), periodista especializada en temas de igualdad, sería transversal a todas las secciones. “No se trata solo de escribir más historias sobre mujeres, sino de incluir más mujeres en las historias. La cobertura que impulsará la corresponsal de género será pues también internacional, apoyada en la red de delegaciones y periodistas repartidos por distintos países, con especial atención a América Latina. Lo importante son las historias en las que este periódico utilizará todos los recursos multimedia de los que dispone”.
Poco tiempo después, en septiembre del mismo año, eldiario.es nombró a Ana Requena redactora jefa de Género.
En un artículo del año pasado, Requena indicaba: “Aún no sé si todos los medios de comunicación deberían tener redactoras jefas de género. Tampoco sé si esta es la solución o la mejor manera de hacer periodismo con perspectiva de género. Sí sé que es una estrategia que estamos probando y que merece la pena intentar. Y ese es, en realidad, el primer reto que tenemos quienes estamos desempeñando estos puestos: aún somos pocas (muy pocas) y aún estamos definiendo, cada una en su medio y desde su rol concreto, qué significa esto de ser redactora jefa de género o editora de género”.
Perfil abrió el camino en Latinoamérica, debido a un titular machista
En Latinoamérica, uno de los primeros medios en español en dar el paso fue Perfil, quien nombró a la filósofa y académica Diana Maffía defensora de género. La iniciativa surgió tras lo que había sucedido en una reunión de cierre cuando entre un grupo de editores debatían acerca de la mirada machista que se escondía detrás de un título. “Decidimos cambiarlo, pero fue una frase que alguien dijo en ese momento la que nos hizo reflexionar: “Antes se podía poner ese título sin problemas”.
“Y sí, las cosas cambian, están cambiando; y está bueno que los periodistas no seamos simples observadores y podamos hacer un uso más cuidadoso e integrador del lenguaje. Inspirados en la figura de Jessica Bennett, defensora de género del New York Times, y de la tarea que realiza Pilar Alvarez en el diario El País, decidimos crear un nuevo cargo, único y diferente a todos: el de la defensora de género”, explicaban desde Perfil.
Clarín hizo lo propio en junio de 2019 y nombró a Mariana Iglesias editora de género. Mariana Iglesias declaraba en su momento que su trabajo sería proponer más notas sobre historias de mujeres, “encargárselas a mis colegas de la redacción, ampliar los temas, contar los logros, los avances, las luchas”. Con un pie en la coyuntura y otro en la reflexión y el análisis, Iglesias también se proponía “ir más a fondo, analizar los temas y las causas de por qué pasan las cosas que pasan”.
El puesto se ha ido redefiniendo con el paso del tiempo porque la idea es que no se perpetuara sino que la perspectiva de género empezara a ser incluida por cada periodista de la redacción.
Uno de los grandes desafíos era entonces y sigue siendo ahora ampliar las fuentes de información dado que es muy frecuente que los especialistas o portavoces consultados sean mayoritariamente varones.
A la iniciativa de Clarín le siguió poco tiempo después otro medio latinoamericano, Infobae, que creó el puesto de editora de género para garantizar la visibilidad de las mujeres que realizan coberturas periodísticas y brindar un tratamiento responsable de noticias relacionadas con la violencia hacia las mujeres, trans y travestis. El nombramiento recayó en Gisele Sousa Dias, periodista especializada en género y diversidad. El cambio abierto por estos medios ha sido seguido por otros tanto en España como en los países latinoamericanos, pero aún queda mucho camino por recorrer.
Como comentaba la editora de género del New York Times, que ahora ya no ostenta ese título pero sigue trabajando con parte de la misma responsabilidad, “sabré que he tenido éxito cuando ya no me necesiten”.
Fuente: Laboratorio de Periodismo.