Por: Sergio Sicheri
La pandemia del coronavirus trajo consigo una cultura importante en temas y búsquedas sobre contenido de salud en Internet.
Esa mañana desperté y no pude respirar. Tras haber dado positivo de Covid-19, lo más difícil fue atravesar el día cinco de la enfermedad. En distintas partes del mundo, y sobre todo en Perú, donde no gozamos de un buen sistema de Salud, las áreas de emergencias de los hospitales o clínicas están al tope. Ese día no fue la excepción. Tras una larga espera para ser atendido, y después de unas horas de exámenes, una tomografía arrojó lo que nunca imaginé. El coronavirus había atacado el veinte por ciento de mi pulmón. “¿Y ahora?”, me pregunté.
Al recibir el alta médica en emergencias, ya en casa, recibí una segunda opinión de otro doctor, quien me recomendó conseguir oxígeno para ayudar y no exigir el porcentaje restante de mi pulmón que se encontraba en buen estado. Ese día tuvimos que dedicarnos a buscar en redes y en Google: “¿dónde consigo tubos de oxígeno en Lima?”. Los días anteriores a dar positivo, mi esposa, mi hijo de un año y dos meses, y yo también estuvimos realizando diversas búsquedas en la web: “cómo leer los valores que arroja el oxímetro”, “el uso de la Ivermectina”, “para qué sirve la Fluidasa”, “azitromicina para el Covid”, entre otras consultas de distintos medicamentos y cuidados ante esta enfermedad.
No es curioso que, dentro de las intenciones de búsqueda más frecuentes del 2020 en el mundo según un informe de Google, las preguntas referentes al “¿por qué?” fueron las que ganaron el ranking. Y dentro de ellas, en todo el mundo, se posicionó en el top tres la consulta: “¿por qué se llama Covid-19?».
En Perú, la búsqueda más importante también fue “Coronavirus”, seguida por “Bono Universal”, un valor de deuda que nuestro Gobierno puso a disposición de manera gratuita, para muchos peruanos, los más necesitados. Toda esa gran masa de personas estuvo buscando, primero, si habían salido beneficiados con dicho bono, además de cómo debían cobrarlo y dónde les tocaría recibirlo, entre otras consultas al respecto.
Cuando hablamos de construir audiencias en medios de comunicación siempre se vincula a la data para poder tener una guía, porque es a través de la correcta lectura de los números que podemos construir diversos contenidos y apostar por abrirnos a ciertas audiencias a las que aún no hemos llegamos. Además de ello, creo en la intuición, en el seguir afinando la observación y agudizar o educar diversos sentidos como el oído y el gusto que son parte fundamental del Periodismo. En los últimos tiempos, con los constantes avances tecnológicos, las técnicas tradicionales de esta profesión se vienen dejando de lado. Recordemos que estas son herramientas fundamentales para apuntar a diversas audiencias.
Dicho esto, y todavía en medio de una Pandemia, este 2021 parece tener muchas similitudes al año que nos dejó. Pero como comunicadores tenemos que adelantarnos al futuro. Esta es otra buena práctica. Por ello, debemos de enfocarnos en cómo se va a seguir dando el proceso de vacunación en los distintos países. ¿Qué sucederá una vez que la gran mayoría ya esté vacunada? Hablaba la semana pasada con un médico que ya recibió la primera dosis y me comentó que, “después de recibir la segunda dosis no sabemos si nos tendremos que volver a vacunar el próximo año”.
Aún hay muchas dudas, incluso dentro del entorno médico y las nuevas cepas de esta enfermedad que siguen apareciendo y que nos exigen, como comunicadores, a seguir atentos al radar alrededor del coronavirus y las secuelas que no solo dejan en las personas, sino también en el cambio cultural. Poblaciones que están y seguirán más preocupadas en la salud, en el medio ambiente, así como en la constante desinfección. Este seguirá siendo un clúster, sobre todo de contenido ‘evergreen’, donde los medios tienen que seguir profundizando y, sobre todo, deben de seguir un proceso instigador de ‘fact-checking’ sobre dichos contenidos. Debemos destapar diversas teorías conspirativas que son parte de la comidilla diaria en el flujo e intercambio de contenido de WhatsApp, Instagram y Facebook. Curiosamente, estas tres últimas plataformas pertenecen a Mark Zuckerberg y sus políticas de uso vienen siendo cuestionadas en diversos países.
Las últimas novedades de Facebook sucedieron en Australia, donde la plataforma tomó medidas drásticas para que los usuarios de dicho país no puedan ver ni compartir noticias en el espacio creado por el señor Zuckerberg. Esto se dio como respuesta a una propuesta de ley australiana que busca que empresas como Google y Facebook tengan que abonar por el contenido noticioso que comparten. Para muchos medios del mundo, Facebook es una gran fuente de tráfico para sus páginas web. Siempre he considerado que no es saludable que toda la estrategia gire en torno a una plataforma de la cual no somos dueños, ni tenemos control. Me aterra cuando me entero de que más del cuarenta por ciento del tráfico web de un medio depende de Facebook.
Este 2021 la red social de Zuckerberg va a seguir enfocada en que los medios de comunicación se sigan alineando a sus políticas y ojo, lo han hecho público a través de sus voceros. Políticas que le vienen disparando no solamente al tráfico de algunos medios, sino también a sus ingresos, a la monetización. Recordemos que desde hace cuatro años, Facebook viene poniendo mucho esfuerzo y dinero en su programa Facebook Journalism Project, que con el discurso de ayudar al Periodismo, creo que tratan de encubrir el principal problema que son las ‘fake news’ dentro de su plataforma. Esas diversas teorías conspirativas que se multiplican a gran velocidad.
Recordemos que el año pasado se disparó el tráfico digital de los medios a mitad de marzo, con la primera ola del Covid-19 y, por ende, los ingresos que venían por dicha fuente programática. Claro, al ver que no sería un buen negocio, Facebook ajustó el algoritmo y les bajó el alcance a los contenidos vinculados expresamente al Covid-19. Lo mismo pasó con los precios que pagaban los anuncios desplegados en fuentes de tráfico como Facebook Instant Articles. Debían de corregir, se les venía desmoronando todo. Si bien en el aspecto comercial han tratado de estabilizar y corregir la palanca, eso mismo no sucedió con las políticas de publicación de contenidos que cada vez son más drásticas y atacan directamente al ejercicio del Periodismo. Lo sabemos todos, pero lamentablemente muchos medios todavía dependen de esta plataforma y, por ende, si quieren seguir contando con esos esteroides de tráfico que son las redes, tendrán que ajustar la titulación, las imágenes, el contenido en general como lo quiere Facebook. Son sus políticas, es su juego.
Durante todo el 2020, los medios estuvieron atados a los cambios drásticos del algoritmo de Google, especialmente en mayo. Pero este 2021, quien quiere captar nuestras miradas parece ser Facebook. Lo importante es que hemos sido testigos de una importante evolución y aparición de los medios a través de Google Discover. En ese sentido se han hecho públicos los temas de interés para Google: libros, series, eventos, películas, música, deportes, videojuegos, entre otros contenidos. Sabemos que los hechos de interés periodístico están siendo cada vez más castigados en términos de alcance y Facebook no es ajeno a eso.
Mientras todos los medios están pisando el acelerador para producir más contenido sobre coronavirus, Facebook restringe el alcance a ese contenido. Así es como ha estado golpeando el tráfico de medios desde el año pasado. Esta red social busca que nos alineemos con sus políticas. No quieren tener noticias negativas o relacionadas con hechos delictivos. Peor aún si se menciona una nacionalidad o comunidad en el titular.
Hay medios que viven específicamente de ese tipo de contenidos y especialmente del tráfico que Facebook solía brindarles en ese sentido. Podemos estar a favor o en contra de ese tipo de periodismo, pero precisamente en la mayoría de los medios existe libertad de expresión. Bajo este nuevo panorama, muchas marcas de prensa digital van a tener que revisar su estrategia de captación de audiencias. En este punto recuerdo el libro «Faceboom«, publicado en 2009 por el argentino Juan Faerman, donde habló de Facebook como una plataforma del mundo ideal, en el que solo existen los ‘me gusta’ y donde los ‘no me gusta’ podrían estar poniendo a la prensa en jaque mate.
La versión original de este artículo fue publicada en inglés en el sitio de INMA.