Un nuevo informe de la UNESCO que examina las tendencias mundiales en materia de libertad de expresión y desarrollo de los medios de comunicación entre 2016 y 2021 pone de relieve la amenaza existencial que las redes sociales representan para la supervivencia de los medios de comunicación profesionales. En los últimos cinco años, tanto la audiencia de las noticias como los ingresos por publicidad han migrado en gran medida a las plataformas de Internet.
El informe concluye que Google y Meta/Facebook absorben ahora aproximadamente la mitad de todo el gasto publicitario digital mundial, mientras que los ingresos publicitarios de los periódicos han caído a la mitad en los últimos cinco años.
La COVID exacerbó la crisis informativa
La pandemia intensificó las tendencias existentes de disminución de los ingresos publicitarios, pérdida de puestos de trabajo y cierre de redacciones. El informe de la UNESCO cita datos del Centro Internacional de Periodistas que muestran que dos tercios de los periodistas se sienten menos seguros en sus puestos de trabajo como resultado de las presiones económicas debidas a la pandemia.
En una pandemia, el periodismo, especialmente el de investigación, es un servicio de primera línea que salva vidas. Cuando los contenidos falsos relacionados con la COVID-19 se difundieron rápidamente en las redes sociales, los cierres de redacciones y los recortes de puestos de trabajo crearon un importante vacío en el panorama informativo, especialmente en el sur del mundo. En septiembre de 2020, circularon en Twitter más de un millón de mensajes con información inexacta, poco fiable o engañosa relacionada con la pandemia, según el Observatorio de Infodemics COVID19, una iniciativa de la Fondazione Bruno Kessler.
Los periodistas son atacados por todas partes
Esta crisis económica se produce también en un momento de crecientes amenazas a la seguridad de los periodistas, no sólo por parte de los gobiernos y los grupos criminales, sino también de los grupos de presión privados y de algunos miembros del público que se sienten cada vez más envalentonados para lanzar calumnias y ataques en línea.
- Impunidad de los asesinatos: Desde 2016 hasta finales de 2021, la UNESCO registró los asesinatos de 455 periodistas, que murieron por su trabajo o mientras lo realizaban. Casi nueve de cada diez asesinatos siguen sin resolverse. La tasa mundial de impunidad por el asesinato de periodistas alimenta un ciclo de violencia y tiene efectos escalofriantes en todos los periodistas.
- La violencia masiva en línea contra los periodistas es otra tendencia nueva y en evolución, que afecta de forma desproporcionada a las mujeres periodistas de todo el mundo. Un documento de la UNESCO de 2021 reveló que más de siete de cada diez mujeres periodistas encuestadas habían sufrido violencia en línea. Una quinta parte declaró haber sufrido violencia fuera de línea relacionada con previas amenazas en línea.
- Los ataques contra periodistas que cubren protestas, manifestaciones y disturbios también son preocupantemente comunes: de enero a agosto de 2021, la UNESCO registró este tipo de ataques en al menos 60 países de todas las regiones del mundo. Desde 2015, al menos 13 periodistas han sido asesinados mientras cubrían protestas.
En muchos países, las leyes no protegen suficientemente a los periodistas de estas amenazas. Y, en algunos casos, el marco legal en realidad aumenta el riesgo para ellos. Desde 2016, 44 países han adoptado o enmendado leyes que contienen un lenguaje vago o amenazan con castigos desproporcionados por acciones como la difusión de “noticias falsas”, “rumores” o “ciberdelitos”, lo que lleva a la autocensura.
En 160 países la difamación sigue siendo un delito penal. Cuando la ley de difamación es penal, en lugar de civil, puede utilizarse como motivo de arresto o detención, amordazando de hecho a los periodistas. Los datos del Comité para la Protección de los Periodistas muestran que 293 periodistas fueron encarcelados en 2021, el total anual más alto en tres décadas.
La UNESCO insta a los gobiernos a tomar medidas políticas en tres áreas clave para proteger a los medios de comunicación independientes y la seguridad de los periodistas:
- Apoyar la viabilidad económica de los medios de comunicación independientes respetando la autonomía profesional de los periodistas. Los gobiernos pueden, por ejemplo, ofrecer beneficios fiscales a los medios de comunicación independientes, de una manera que sea justa, transparente y que no comprometa la independencia editorial.
- Desarrollar la alfabetización mediática e informativa, para enseñar a todos los ciudadanos la diferencia entre la información fiable y verificada y la no verificada, y animar al público a informarse en medios de comunicación independientes.
- Promulgar o reformar la legislación sobre los medios de comunicación para apoyar la producción de noticias libres y pluralistas, en consonancia con las normas internacionales sobre libertad de expresión, especialmente el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Fuente: UNESCO