El jueves 25 de julio, en la reunión del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), el secretario general de la institución, Miguel Gaíta, recordó la trayectoria profesional del periodista Andrew Graham-Yooll, quien falleció a comienzos de mes, a los 75 años, en Londres.

A continuación compartimos la semblanza del colega fallecido.

 

El mundo periodístico despide a Graham-Yooll

Una persona que creció y vivió en dos mundos diferentes, opuestos. Quizás por eso su bonhomía y su claridad en las ideas. Hizo historia con sus publicaciones, y miles lo leyeron durante años. Andrew Graham-Yooll nació en Ranelagh, Pcia. de Buenos Aires, en 1944, en aquella localidad nutrida por extranjeros de otras latitudes que le dieron a la zona una impronta muy particular. Hijo de padre escocés y madres británica, tenía una doble mochila cultural que lo acompaño toda su vida. La verdad, nunca dejó de ser un inglés en Argentina ni un argentino en Inglaterra., un concepto que después de la guerra de Malvinas se volvió muy molesto.

Para muchos periodistas fue simplemente el “Maestro” y, para otros, un “valiente”, que siguió ideales durante toda su existencia. Durante el gobierno de facto hablaba de lo que pasaba en el país, y también retrató el horror que vivieron nuestros héroes de Malvinas. Fue uno de los pocos que no calló, “cuando el miedo ordenaba silencio”.

Graham-Yooll apenas había pasado los 20 años cuando traspuso la puerta de la redacción del Buenos Aires Herald, en 1966, casi sin educación formal. Incluso dijo alguna vez que había entrado en The Times para aprender a escribir. Narró entonces la caída de Illia y la llegada de Onganía, y toda la percepción del periodismo que él tenía fue cambiando. Entonces, pasó a cubrir política…y termino exiliado, según contaría años después.

Su tenacidad lo llevó a seguir denunciando la desaparición forzada de personas y el accionar del terrorismo de Estado. “Encontraron una manera original de atacarlo: lo procesaron por haber entrevistado a la directiva del ERP, un acto subversivo en sí. Finalmente tuvo que ser evacuado con su esposa, Micaela sus dos primeros hijos, chiquitos ellos, en un auto de la embajada francesa directo a un avión de British Airways”, recordaba uno de sus allegados.

Exiliado en el Reino Unido, Graham-Yooll trabajó para los diarios The Daily Telegraph y The Guardian, y como corresponsal de este último volvió a la Argentina en 1982, todavía en dictadura, para cubrir cómo se vivía en Buenos Aires la Guerra de Malvinas.

En 1985 se convirtió en editor de la revista South. En 1989 de la revista “Index on Censorship”. Fue en 1994 cuando regresó definitivamente a la Argentina, y fue nombrado editor en jefe y presidente del directorio del Buenos Aires Herald, que, tras 140 años de existencia, cerró en 2017. Esto lo vivió con muchísima tristeza aunque para entonces se había retirado del histórico medio y era ombudsman en Perfil.

Escribió más de una treintena de libros, en castellano y en inglés otros y siempre dijo, aunque viajaba mucho, que su lugar en el mundo seguía siendo la Argentina.

En el libro “Buenos Aires, otoño 1982”, reunió sus crónicas durante la Guerra de Malvinas. También escribió “Memoria del miedo (Retrato de un exilio)”, “Pequeñas guerras británicas en América latina. Memoria Personal de Malvinas”, “Rosas visto por los ingleses”, “En blanco y negro. Represión, censura y olvido en Sudáfrica” (1992), entre muchas otras obras.

Ya figura reconocida volvió a Berazategui a recorrer su infancia. Querido y respetado, hoy el mundo periodístico y literario lamenta la partida de este hombre que falleció en Londres, a los 75 años, donde había viajado para el casamiento de su nieta.