Por Diego Dillenberger
La megamulta de 5.000 millones de dólares que le impuso a Google la Unión Europea por abuso de posición dominante en su sistema de telefonía móvil Android apenas pudo empañar el festejo por un triunfo mayor y más silencioso: el lobby del buscador, junto con Facebook y otras plataformas, logró momentáneamente frenar en el recinto del Parlamento Europeo una ley con despacho de comisión que les imponía el pago de derechos por publicar noticias de diarios online.
La ley sería la primera en el mundo en su tipo, y promete servir de ejemplo para el resto del mundo.
Esta suerte de “SADAIC” para los medios gráficos europeos promete ser una fuente de ingresos partiendo de la lógica de que buena parte del tráfico que consiguen los portales lo logran a través de noticias costosamente investigadas y trabajadas por medios de comunicación. Paralelamente, estos portales se están llevando la parte del león de los presupuestos publicitarios. Así no cierra la ecuación de las redacciones on line de los medios, y los legisladores europeos buscaron de esta forma una compensación a una tendencia imparable: los diarios precisan tráfico on line, pero el grueso de los ingresos publicitarios se los quedan las plataformas, con Google y Facebook a la cabeza.
El lobby de Google y Cía fue efectivo contra un despacho de comisión que resultó bastante más ajustado de lo que se esperaba inicialmente.
Liderados por el gigante Axel Springer, 28 editores alemanes insistieron a sus legisladores europeos con una carta explicando la grave situación a la que se precipitan sus redacciones, si no se regulaba un derecho de autor, que iría acompañado por un filtro para impedir compartir noticias e imágenes originadas en los medios.
La campaña de lobbying de las plataformas fue más fuerte: Wikipedia, uno de los aliados contra la ley de derechos de los medios, cerró durante un día en casi todo el mundo en señal de protesta. El mensaje era: “quieren censurar Internet”.
Una curiosidad: los editores trabajaron directamente sobre los legisladores, mientras que los portales lo hicieron sobre la opinión pública.
En la era de Internet, la opinión pública mueve más, como lo está demostrando en la Argentina el debate en torno a la legalización del aborto.
Google y sus socios, que promovían la “democratización” de la web y la información, no dudaron en apelar a los votos de los legisladores representantes de partidos nazis y xenóbos, que estructuralmente odian a la prensa tradicional porque en sus países no los trata muy bien, precisamente.
En aras de la democracia, vale todo.
Finalmente el “poroteo” no daba un resultado seguro para el derecho de autor, por lo tanto los impulsores decidieron pasar el debate en el recinto para cuando reabran las sesiones, en septiembre.
Cabe esperar que los editores europeos pongan todos sus refuerzos y hagan sus cambios en ese alargue. Especialmente en el terreno del lobbying, en el que vienen complicados.
Los diarios europeos deberán “porotear” mejor sus votos durante el verano para obtener el derecho de autor.