El jueves 9 de mayo se llevó a cabo en la Feria del Libro de Buenos Aires, la jornada sobre “Derecho de Autor en el mundo editorial”, organizada por el Centro Administrativo de Derechos Reprográficos en la Argentina (CADRA), la asociación civil, sin fines de lucro, integrada por autores y editores de libros y otras publicaciones, que protege y gestiona colectivamente los derechos de autor en el país.

Tras una serie de conferencias y debates sobre la importancia de la propiedad intelectual para el fomento de lo creatividad artística y editorial, el cierre estuvo centrado en los derechos de autor, los medios e internet, con el director regional de Agence France Presse (AFP) para América Latina, Pierre Ausseill; el presidente y CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia; y el asesor de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), Nicolás Novoa.

El panel se centró en el impacto que tendrá en nuestra región y en la Argentina lo que está sucediendo en Europa a partir de la nueva directiva sobre derechos de autor, que los estados miembro deberán adoptar durante los próximos dos años. Entre otros aspectos, la nueva norma determina que los buscadores, agregadores de noticias y otras webs deberán negociar el pago de derechos de autor con los medios informativos cuando compartan fragmentos relevantes de un artículo periodístico.

En primer lugar Pierre Ausseill habló de la normativa histórica votada por el Europarlamento: “Es el resultado de discusiones a lo largo de tres años, y ahora hay 2 años de plazo para implementar la directiva en su totalidad”, señaló. Y agregó: «A partir de la directiva las plataformas deben compartir las ganancias generadas a partir de nuestro contenido, y deberán negociar con los medios y productores de contenido».

En otro pasaje de su intervención, el directivo de AFP hizo foco en la campaña de desinformación que rodeó el debate en Europa, en torno a la directiva de derechos de autor. “Se dijo falsamente que iba a afectar la libertad de expresión y que iba a generar censura. Todo lo contrario, usar contenido de otros en forma gratuita, y monetizarlo, lo que hacen los gigantes de Internet, no es sinónimo de libertad, es una falsa creencia”, aseveró. «La directiva europea es clara respecto de que Internet no dejará de ser un espacio de acceso libre para los internautas, a diferencia de lo que decían las plataformas en sus campañas», finalizó Ausseill.

En segundo lugar habló el abogado Nicolás Novoa, especialista en propiedad intelectual, y asesor de Adepa en la materia. “Hay derechos que hoy comienzan a parecernos insoslayables, pero que hace una década no eran obvios”, destacó. “La particularidad hoy día en los medios, es que hay un cambio de perspectiva. Antes, ellos eran usuarios de derechos de terceros, pero hoy están en la web expuestos a los problemas de los titulares de derecho de autor y conexos. Hay un acercamiento entre las posiciones de los medios y de los creadores”, dijo Novoa.
El especialista se refirió al avance en la defensa de derechos de los derechos de quienes producen contenidos. “La regulación trae dificultades pero también ventajas. Las dificultades: la velocidad de los avances tecnológicos. Las ventajas: contamos con una ley, que es antigua, de 1933, pero que es sabia para resolver conflictos de derecho de autor y las nuevas tecnologías. Cuenta con conceptos claros. Otra ventaja son los antecedentes internacionales”, expresó Novoa. Y finalizó: “Una cosa tiene que quedar clara: no es posible hacer periodismo de calidad sin retribución”.

A su turno, Jorge Fontevecchia hizo foco en que la problemática sobre los derechos de autor excede a la era de Internet. “El libro fue otro de los jibarizados, en su caso por la fotocopiadora, esa gran máquina que generó y fomentó la piratería”, señaló, para luego hacer foco en los avances europeos: “Hoy, la Unión Europea da lecciones en la defensa del derecho de autor frente a los gigantes de Internet (que no es más que la defensa del trabajo). Lo que en realidad se está discutiendo aquí es la captura de la renta. Estamos de acuerdo que el señor que creó Google tiene que llevarse un premio, pero si ese premio tiene un volúmen pornográfico, ahí hay un problema. Cuando una organización tiene posición dominante, tiene una captura de renta que termina siendo disfuncional para la sociedad”.

Además, en relación a la peculiaridad del poderío de las empresas tecnológicas, Fontevecchia expresó: “En su momento, en Estados Unidos, se dividieron las telefónicas monopólicas. Lo mismo sucedió con Microsoft. ¿Qué pasa hoy, que no se hace lo mismo con Google y con Facebook? Una respuesta podría ser que tienen un monopolio global, y las anteriormente mencionadas, un monopolio circunscripto en los Estados Unidos”.

Con respecto al dilema de la prensa actual, dijo: “hoy, Estados Unidos tiene la mitad de periodistas que hace cinco años. El periodismo con el que nosotros crecimos y el que conocemos es un periodismo hijo de la ley antitrust (primera norma del gobierno estadounidense para limitar la existencia de monopolios)”.


Díaz de Olarte: El foco en Europa

La conferencia inicial de la jornada de CADRA estuvo a cargo del jefe del Departamento Jurídico del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Javier Díaz de Olarte, quien se refirió a la ley sancionada por el Europarlamento en marzo pasado, que desafía el accionar de los gigantes de Internet como Google y Facebook, entre otros, en defensa de los autores y editores. De la charla participó como moderador el fiscal de la ciudad de Buenos Aires y especialista en propiedad intelectual, Federico Villalba Díaz.

Díaz de Olarte realizó un recorrido histórico por la normativa española a lo largo de los años. “Hace 31 años nacía CEDRO, que es la institución homóloga de CADRA, en España. Allí, en 1987 se aprobó la primera ley de propiedad intelectual. Un año antes de eso, España y Portugal se incorporaban a la Unión Europea. Es decir, esa incorporación trajo consigo una novedad legislativa en torno a la protección de la propiedad intelectual en Europa”.

La nueva ley europea plantea cambios que protegen a los autores y editores frente a las grandes plataformas de Internet, sentando un precedente a nivel mundial. Díaz de Olarte comentó: “si se toma en cuenta, por ejemplo, la particularidad que tienen las obras escritas a diferencia de las musicales, o de los filmes, etc., además de obras para entretener, las obras escritas transmiten conocimiento. El derecho del autor es un derecho más frágil, un derecho que se debilita aún más cuando hay otros intereses que priman sobre él. Si se pone en un costado el tema de la protección, y enfrentada a esta, la idea de que esta protección impide la educación, se genera una idea falsa, y el riesgo de esa idea es el desconocimiento y la desprotección de derechos. En esa idea falsa descansa la realidad de que alguien está haciendo negocios utilizando, sin autorización, algo que no es suyo.

En relación a los agregadores de noticias como Google, Díaz de Olarte especificó que “la empresa hizo un acuerdo con los editores con los que había entrado en conflicto (de Bélgica), pero no como resarcimiento por haber quebrantado derechos de autor, sino como consecuencia de acuerdos económicos alcanzados por fuera de ese reconocimiento”.