El rol de la prensa dentro del contexto latinoamericano y sus perspectivas a nivel global fueron dos cuestiones permanentes en las discusiones del Foro Iberoamérica. Julio María Sanguinetti fue de los primeros en esbozar los desafíos que enfrentan los medios y su relación con la calidad institucional: «Hay una caída natural del debate político. ‘¿Para qué quiero un partido político si yo tengo ‘canales de expresión’?’, se plantean muchos. A pesar de esto, el periodismo escrito sigue siendo fundamental en la construcción de la agenda. La televisión, a través de la imagen, influye en la emoción. Las redes influyen también en el estado de ánimo. Y el ciudadano se siente representado por los nuevos mecanismos de difusión de su pensamiento».
Natalio Botana describió un panorama del cambio de época que echa luz sobre el tema. Afirmó que estamos viviendo un cambio de civilización por el proceso de globalización y la revolución digital (es la tercera revolución industrial que está gestando la cuarta, la de la robótica).»El emblema de estos tiempos es la miniaturización.. Estamos experimentando procesos reaccionarios profundos. Una resurrección de las ‘tribus del resentimiento’. La digitalización ha achicado el tiempo. La megalópolis, la distancia.»
Santiago Kovadloff se concentró en la disolución progresiva de los límites entre lo público y lo privado: «La vida privada es, en el presente, menos nuestra de lo que estamos dispuestos a admitir cuando afirmamos que ella es la antítesis de lo público…El hombre privado tiende a disolverse en las demandas de lo público. Los valores de lo privado, tradicionalmente entendidos, se encuentran vulnerados por la preeminencia en todos los órdenes del mandato, no solo de lo público, sino ya también -y este es un rasgo de nuestro tiempo- de lo publicitario».
La polémica sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas en el ecosistema digital actual y respecto de la viabilidad del periodismo no estuvo ausente. «Facebook sabe más de los lectores de los periódicos que los periódicos. Y Google no va a pagar nunca; porque la propiedad está dejando de ser un valor», arriesgó Juan Luis Cebrián.
Jorge Lanata aportó su visión: «La verdad fracasa porque cuatro chicos en un garage dejaron viejo a Marx. Vivimos una uberización del periodismo. Lo único que nos importa es el chequeo y nos olvidamos del contenido. Los hechos desaparecieron en la Argentina. Nunca nada deja de ser completamente cierto. El 30% de lo que circula en Twitter es falso. La gente común en Twitter no distingue lo relevante de lo secundario. Por eso no reemplaza al periodismo.»
Para el periodista brasileño Eugenio Bucci la verificación de la verdad es la función central del periodismo actual. «Hay mucha gente generando contenido pero eso no es periodismo», enfatizó.
Cuando hablamos del futuro del periodismo, también hablamos del porvenir de nuestras democracias. «La democracia es la consecuencia de Gutenberg y de los diarios que surgieron a partir de su invento», recordó Ricardo Lagos y sostuvo que la gran pregunta pasa por las características que deben tener las instituciones que garanticen adecuadamente la participación de una ciudadanía informada que se traduzca en márgenes de gobernabilidad para una administración razonable de la cosa pública.
Entre quienes escuchaban había destacados referentes del oficio y de la industria periodísticos. Joao Roberto Marinho, Gustavo Cisneros, Ignacio Polanco, Héctor Magnetto, Julio Saguier, Juan Luis Cebrián, José Claudio Escribano, Ricardo Kirschbaum, Martín Etchevers, Ricardo Roa, Pablo Casey, José del Río y Carlos Pagni, entre otros.
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