Los sitios de noticias están actuando en varios frentes, mientras que los referidos de tráfico se agotan y las empresas de IA saquean su contenido.
Cuando el director ejecutivo del Financial Times sugirió este verano en una conferencia de medios que los editores rivales podrían considerar una alianza tipo “OTAN de las noticias” para fortalecer las negociaciones con las empresas de inteligencia artificial, hubo algunas risas entre los asistentes.
Pero la revelación de Jon Slade de que su sitio experimentó una caída “bastante repentina y sostenida” del 25 % al 30 % en el tráfico hacia sus artículos desde búsquedas en internet dejó claro lo serio de la amenaza que representa la revolución de la IA.
Las consultas ingresadas en sitios como Google —que posee más del 90 % del mercado de búsquedas— han sido centrales para el periodismo en línea desde sus inicios, con los medios optimizando titulares y contenido para asegurar un buen posicionamiento que les genere clics que se traducen en ingresos.
Pero ahora los “AI Overviews” de Google, que se sitúan al tope de la página de resultados y resumen respuestas, a menudo eliminando la necesidad de seguir los enlaces al contenido original, así como la nueva pestaña AI Mode, que responde preguntas en formato chatbot, han generado temores de un futuro “Google cero”, donde los referidos de tráfico desaparecen.
«Este es el cambio más grande en la búsqueda que he visto en décadas», dice un alto ejecutivo de tecnología editorial. «Google siempre pareció algo que estaría siempre al servicio de los editores. Ahora la única constante en la publicación digital está atravesando una transformación que podría cambiar completamente el panorama.»
La semana pasada, el propietario del Daily Mail reveló en su presentación ante la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido que los AI Overviews habían impulsado una caída en el tráfico de clics hacia sus sitios de hasta un 89 %.
Medios como DMG Media, Guardian Media Group y la asociación de editores profesionales PPA han urgido al regulador de competencia que obligue a Google a ser más transparente y a proveer estadísticas de tráfico procedente de las funciones AI Overview y AI Mode para los editores, como parte de la investigación sobre el dominio de Google en los servicios de búsqueda.
Los editores —ya bajo presión financiera por los crecientes costos, la caída de los ingresos publicitarios, la declinación de lo impreso y la tendencia creciente de los lectores a alejarse de las noticias— sostienen que Google prácticamente los está obligando a aceptar acuerdos, incluso sobre cómo se usa su contenido en AI Overview y AI Mode, o “salir de todos los resultados de búsqueda”, según varias fuentes.
Además de la amenaza al financiamiento, hay preocupaciones sobre el impacto de la IA en la precisión. Aunque Google ha mejorado la calidad de sus resúmenes desde que versiones anteriores recomendaban “comerse piedras y añadir pegamento a la pizza”, persisten problemas con las “alucinaciones” —cuando la IA presenta información incorrecta o fabricada como si fuera real—, así como sesgos internos, cuando es una máquina en lugar de un humano quien decide cómo resumir las fuentes.
En los últimos años, Google Discover —que muestra artículos y videos adaptados al usuario según su actividad previa online— ha reemplazado a la búsqueda como la principal fuente de clics hacia contenidos.
Sin embargo, David Buttle, fundador de la consultora DJB Strategies, dice que este servicio, que también está ligado a los acuerdos generales de búsqueda de los editores, no entrega tráfico de calidad que la mayoría necesita para sostener sus estrategias a largo plazo.
Mientras tanto, los editores están enfrentando una batalla más amplia con las empresas de IA que buscan usar su contenido para entrenar modelos de lenguaje extenso.
La industria creativa está haciendo fuerte lobby para asegurar que la legislación propuesta no permita que empresas de IA usen obras protegidas por derechos de autor sin permiso, lo que evitaría que se extraiga “valor” de un sector valorado en £125 mil millones.
Algunos medios han negociado acuerdos de licencias con empresas de IA —como el FT, el grupo alemán Axel Springer, el Guardian y el editor nórdico Schibsted con OpenAI— mientras otros, como la BBC, han emprendido acciones legales acusando a empresas de IA de robo de derechos de autor.
«Es un ataque de dos frentes a los editores, una suerte de movimiento de pinza», dice Chris Duncan, ejecutivo con experiencia en News UK y Bauer Media que ahora dirige la consultora Seedelta. «El contenido desaparece dentro de productos de IA sin una remuneración seria, mientras los resúmenes de IA se integran en productos de modo que no hay necesidad de hacer clic, quitando dinero de ambos lados. Es una crisis existencial.»
Mientras los editores buscan vías legales, acuerdos comerciales y presión regulatoria, también están incorporando herramientas de IA en sus salas de redacción y creando sus propias herramientas de respuestas automáticas. The Washington Post y FT han lanzado sus propios chatbots impulsados por IA, Climate Answers y Ask FT, que extraen resultados solo de su propio contenido.
Christoph Zimmer, director de producto en Der Spiegel de Alemania, dice que aunque su tráfico por ahora está estable, espera una disminución en los referidos de todas las plataformas.
«Esto es la continuación de una tendencia de largo tiempo», comenta. «Sin embargo, esto afecta aún más a marcas que no se han enfocado en construir relaciones directas y suscripciones en los últimos años. En lugar de eso, dependían del alcance en plataformas y muchas veces de contenido genérico.
Lo que siempre ha sido cierto permanece siendo verdad: concentración en calidad y contenido distintivo, y tener a un humano a cargo en lugar de solo estar en la cadena de procesos.»
Un ejecutivo de la industria editorial dice que la batalla por negociar acuerdos que ayuden a que los modelos de IA puedan agregar y resumir noticias está siendo rápidamente superada por avances que permiten que los modelos interpreten noticias en vivo.
«El primer enfoque fue en acuerdos de licencia para entrenar IA, para que “aprenda inglés”, pero eso cada vez importa menos. Se trata de ofrecer noticias, y para eso necesitas fuentes en vivo y precisas. Ese es un mercado con mucho potencial que los editores están pensando negociar próximamente.»
Saj Merali, director ejecutivo de la PPA, dice que se necesita encontrar un equilibrio justo entre los cambios impulsados por la tecnología en los hábitos digitales de los consumidores y el valor justo de las noticias confiables.
«Lo que parece no estar en el centro de esto es lo que los consumidores necesitan», afirma. «La IA necesita contenido confiable. Hay un cambio en cómo los consumidores quieren ver la información, pero tienen que tener fe en lo que están leyendo.
La industria ha sido muy resiliente frente a cambios digitales y tecnológicos bastante grandes, pero es muy importante asegurarnos de que haya una vía para sostener los modelos. De momento, la comunidad de IA y tecnológica no muestra señales de apoyar los ingresos de los editores.»
Fuente: The Guardian
Traducción realizada por ADEPA