En diciembre de 2019 el diario Río Negro decidió incorporar la figura de editora de género, con el objetivo de incluir esa perspectiva de manera transversal en las diversas secciones, en las plataformas impresa y digital. Para llevar adelante ese desafío, el medio patagónico designó a la periodista Laura Loncopan Berti, licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), quien ingresó como pasante y ahora llevará adelante la agenda de contenidos con una visión inclusiva.
¿En qué consiste ser editora de género?
Ser editora de género consiste en evidenciar las desigualdades que existen entre las personas en base del género y buscar enfoques de derechos libres de estereotipos y de cualquier tipo de discriminación u odio. Eso es una mirada transversal, que atraviesa todas las secciones y que tiene que ver con romper de alguna manera la perspectiva que ha guiado al periodismo tradicionalmente, que ha sido androcéntrica y ha puesto al varón como medida de todas las cosas. Así se han construido las Ciencias Sociales y así también se ha construido en el periodismo.
¿Cuáles son sus ejes y objetivos en el puesto?
El primer objetivo planteado fue una capacitación al plantel periodístico del diario. Estuvo a cargo de la periodista Mariana Carbajal (ex Página 12, autora del libro Yo te creo hermana). Creo que fue un buen punto de partida porque ella explicó qué trataba la perspectiva de género y cómo podía pensarse a la hora de construir las noticias.
El segundo punto que tengo como objetivo es tratar de que haya, por lo menos semanalmente, notas con despliegue sobre cualquier tema y que puedan ser tratados con perspectiva de género. De alguna manera, que sean las periodistas quienes impulsen esa agenda. Nuestro diario, como la mayoría, tiene una desigualdad en cuanto a secciones mucho más feminizadas que otras. Entonces, como todavía no hemos tenido paridad en cuanto a la composición de las secciones, me interesa que sean las periodistas quienes puedan desarrollar más contenido, sea cual sea el lugar que ocupen dentro de la redacción.
Esos son los dos primeros grandes objetivos que me planteo, el primero ya está y en el segundo estamos trabajando.
¿Cómo es su metodología de trabajo?
Consiste en ver la totalidad de los temas que se van a tratar en la jornada. Tenemos una reunión antes del mediodía, donde todas las agencias comparten sus temas y mi función es ver qué va a ir en la edición impresa del día siguiente. En la mesa de noticias intervengo si es que considero que algún tema tiene que tener una mirada distinta. Estoy en la producción de noticias y al mismo tiempo, atenta a si alguien necesita algún tipo de soporte, porque parte de mi función tiene que ver con acompañar a los periodistas cuando tienen una duda sobre el tipo de enfoque que se establecerá.
¿Qué significa Diario Río Negro adhiera a su staff una editora de género?
Me parece que es una buena iniciativa que un medio del interior incorpore la figura de la editora de género. Es auspicioso para otras trabajadoras que son periodistas feministas o periodistas con perspectiva de género, que pueden tener de alguna manera un reconocimiento a su trabajo, como me pasó a mí a través del cargo de editora. De algún modo viene a jerarquizar el trabajo de muchas periodistas.
Para el diario, siendo un diario centenario y tradicional, también creo que es un paso a entender las transformaciones del cambio de época y el largo camino que han tenido los feminismos en la Argentina, tanto un movimiento de intervención en las calles, como un movimiento de producción teórica y un movimiento político. Es ponerse un poco a tono con la época y es una gran noticia desde ese punto de vista.
¿Por qué cree que es necesario que los medios incluyan la figura de la editora de género?
La figura de la editora de género es importante en la medida en que ayude a generar contenidos inclusivos. No sé si es la única forma en la que eso pueda ser posible. Creo que es la forma que han encontrado los diarios más tradicionales para poder tener esa mirada. Me parece que es una obligación de los medios hacerlo. No solamente porque es una garantía de calidad periodística, porque no solo tenemos contenidos con un mayor compromiso social y con una perspectiva que es inclusiva; sino que a la vez es un imperativo general porque nosotros tenemos una ley que tipifica la violencia mediática. Entonces, creo que es una forma de poder hacer que los mensajes que producimos no generen daño ni distorsión en las audiencias.
Pero no significa que sea la única forma de garantizarlo. Creo que es uno de los caminos para hacerlo.
¿Cómo puede un periodista hacer contenidos inclusivos?
Para hacer un periodismo más inclusivo, se tiene que pensar desde una perspectiva de derechos humanos. Es clave a la hora de producir contenidos periodísticos. Desde ese punto de vista, hay que buscar maneras de generar un impacto o una incidencia y que no vulnere derechos, sobre todo en los casos de violencia machista y de violencia sexual. Esa es la gran premisa: no generar con nuestros contenidos mayor daño que los mismos hechos, generan en sí mismos en la población. O sea, nuestro objetivo no es acrecentar el daño, sino tratar de acercar respuestas y a la vez incidir para que la calidad de vida de la población sea cada vez mejor. Pero soy muy consciente, o por lo menos es mi mayor preocupación en especial en ese tipo de coberturas, no generar mayor dolor.