Nunca en la historia reciente, no sólo la libertad de expresión, sino la expresión de la verdad, han estado bajo semejante amenaza a escala global, advirtió Marcelo Rech, presidente del World Editors Forum, en un coloquio de la UNESCO en París sobre “periodismo bajo fuego”. Para superar la crisis actual, las empresas de tecnología necesitan reconocer y valorar el periodismo profesional por encima de otros contenidos.

La pregunta de hoy no es sólo por qué y cómo el periodismo profesional está siendo arrastrado por la corriente caótica de información y desinformación. Los principales temas que estamos tratando son las consecuencias del debilitamiento del periodismo y los efectos secundarios tóxicos que envenenan las sociedades alrededor del mundo.

Ahora también debemos hablar de riesgos de crisis económica sistémica y de conflictos letales entre pueblos y naciones.

Hasta hace poco, el periodismo profesional, de un modo u otro, ha sido el mediador entre la realidad y la falsedad. Pero ahora estamos potencialmente a merced de hechos alternativos y creadores de versiones.

Tres factores constituyen esta tormenta perfecta:

1- La incredulidad del periodismo como institución al servicio del interés público. Estamos lejos de ser perfectos, pero la animosidad es estimulada por una combinación de grupos opuestos a la cobertura periodística independiente. Muchos de ellos están asociados con charlatanes que, por razones políticas o económicas, afirman ser los heraldos de su propia verdad.

2- Las cámaras de eco de las redes sociales. La eliminación del pensamiento disidente conduce a una creciente radicalización, intolerancia y desprecio por un periodismo que oye diferentes voces y versiones sobre el mismo hecho.

3- Por último, tenemos el debilitamiento económico de los medios profesionales, como resultado directo del agotamiento de los recursos por parte de los gigantes digitales. Sin un nuevo modelo económico, será aún más difícil mantener el periodismo profesional con la tan necesaria calidad, independencia, pluralidad y capacidad de investigación.

Para luchar por una solución, también sabemos que debemos hacer un trabajo mejor.

El año pasado, el World Editors Forum pidió a las redacciones de todo el mundo que adoptaran los cinco principios para el periodismo que viene. Básicamente, en oposición a falsas noticias y cámaras de eco, los periodistas profesionales tienen que convertirse en certificadores 7 x 24 de la realidad que nos rodea.

El periodismo que viene

A grandes rasgos, nuestra tarea es ser la ISO 9000 en información: debemos confrontar versiones y proporcionar certificados de origen como garantes públicos de lo que es verdad y lo que no.

La verdad es el bien más escaso en este nuevo y aterrador mundo. Pero la verdad es precisamente lo que las buenas redacciones producen. Es por eso que comenzamos a ver algunos signos de esperanza: por ejemplo, el creciente número de suscriptores y audiencia en algunas plataformas de noticias de EE.UU.

Debemos considerar que esta es todavía una situación muy particular, con su propia temperatura y presión.

Pero también está claro que las nuevas y enormes plataformas de distribución digital no prosperarán en un ambiente de noticias tan contaminado.

Tanto el periodismo profesional como los gigantes digitales sólo sobrevivirán si son verdaderamente complementarios, y no como lo vemos hoy, con todo tipo de aberraciones digitales que suben a la cima de las redes sociales.

Si hay un reconocimiento sincero y concreto del periodismo profesional por los gigantes digitales, con la prevalencia de la información profesional por encima de todo otro contenido, entonces los signos de esperanza pueden convertirse en una realidad mundial. De lo contrario, las Naciones Unidas y la humanidad tendrán un largo camino de problemas y crisis por delante «.

Este es el texto de un discurso pronunciado por Marcelo Rech en París el 23 de marzo en un coloquio de la UNESCO, Periodismo bajo fuego: los desafíos de nuestros tiempos.

 

Texto original en inglés