Por Diego Dillenberger
El verdadero impulsor y ganador de la reforma de la ley de derecho de autor que acaba de ser aprobada por el Parlamento Europeo es Mathias Döpfner. En su doble rol de CEO del gigante editorial alemán Axel Springer (Bild, Die Welt, Business Insider) y presidente de la Asociación Alemana de Editores de Diarios BDZV, fue quien lideró la presión de las editoriales europeas sobre los parlamentarios para que se sobrepusieran al lobby de los gigantes de Silicon Valley y las manifestaciones callejeras en contra de algunas de sus cláusulas.
Pero lo que no se sabía hasta ahora es que su liderazgo en favor de la ley de derecho de autor que ahora reconocerá el valor en Internet del contenido creado por las editoriales, periodistas y artistas fue muy debatido y discutido incluso dentro de su propia editorial.
Luego de ganar la batalla, la editorial Springer publicó en su intranet una entrevista con el CEO que aclara a sus empleados muchos puntos y desmitifica críticas del lobby de las plataformas.
La entrevista interna fue reproducida por el portal alemán especializado en comunicación y medios Meedia.
Vale la pena reproducir algunas consideraciones del “héroe” de la jornada porque explica con gran claridad el interesante panorama que se abre a los medios gráficos on line que no encontraban un modelo de negocios y desmitifica muchas falsas informaciones que usó el lobby de las plataformas.
-¿Señor Döpfner, es cierto que usted ha contribuido significativamente a destrozar Internet?
-Eso es tan correcto como la tesis de que al introducirse la ley de tránsito se destruyó la libre circulación de la gente. La ley de derecho de autor no solo no destruirá Internet, sino que la hará mejor. Crea las reglas básicas para que se desarrollen modelos periodísticos en la web. Habrá más incentivos a desarrollar startups digitales de contenidos periodísticos, blogs y todo tipo de proyectos periodísticos. Genera más diversidad, innovación y creatividad en Internet.
-¿Por dónde generará esta ley más innovación?
-La ley establece el principio de que alguien que quiere usar contenidos de terceros con fines comerciales deberá acordar con el publisher una licencia, así sea un buscador, como Google, una red social, como Facebook o un agregador de noticias, como “Huffington Post”. Así es como puede volver algo de esos beneficios a los autores originales. Esto genera el incentivo para que fundadores y creativos intenten algo en el terreno periodístico, porque los ingresos que generaron los modelos de monetización de contenidos en Internet en los últimos 20 años no han alcanzado para sostener a los emprendimientos “nativos digitales”, como demostraron los casos de Vox o Buzzfeed.
Pero lo más importante es que esta norma refuerza el modelo de la suscripción digital. Yo tengo que pagar para leer Bildplus, pero puedo tomar un atajo y conseguir el mismo contenido gratis en un competidor o en Google News.
Ahora será más atractivo invertir y crear iniciativas periodísticas. Llevará a que los buenos periodistas quieran ofrecer su contenido en la web en formato digital.
-La discusión en las últimas semanas se volvió demasiado áspera. ¿Qué fue lo más duro que vivió?
-Muchas agresiones personales. Nos endilgaron las peores intenciones. Trabajaron con información falsa y nos tiraron con todas las imputaciones imaginables e inimaginables.
-¿No se puede poner en el lugar de sus contrincantes?
-Yo lo intento, pero el problema es que la argumentación que usaban contra el derecho de autor se basaba en información falsa. El derecho de autor auxiliar para la prensa generará diversidad e innovación en Internet porque por primera vez coloca a los periodistas en igualdad de condiciones con plataformas como Google a la hora de negociar el uso de sus contenidos. Y esa es la base de un modelo de negocios exitoso que permita el periodismo independiente en la era digital.
-La ley alemana de derecho de autor, que ya rige desde hace algunos años, es criticada por haber fracasado. ¿Por qué es tan optimista de que sí funcione a nivel europeo?
-La ley de derecho de autor auxiliar para la prensa no fracasó en Alemania, pero fue contrarrestada por el poder de lobby de Google. Editoriales, que pretendieron ampararse en su derecho, fueron advertidas de que sus contenidos serían eliminados de los algoritmos. Por eso renunciaron “voluntariamente” a sus derechos.
La ley europea tiene la ventaja de que las plataformas ya no pueden ignorar el enorme mercado europeo ni pueden enfrentar a los países unos contra otros. Además esta ley está formulada con más claridad y recupera la soberanía sobre nuestros contenidos para empresas, como la nuestra.
*En España, donde se instauró ese derecho de autor de manera irrenunciable, Google directamente quitó de Google News a todas las editoriales. ¿Podría pasar en Europa algo así?
-Pero con 500 millones de consumidores, es improbable. Y aunque pase: para los editores españoles al final fue positivo.
Cayó para todos el tráfico de manera absoluta, pero aumentó drásticamente el tráfico directo a los portales de los medios, que pudieron monetizar mejor sus contenidos. Los editores españoles terminaron ganando.
-¿Qué hizo la editorial Axel Springer en las últimas semanas y meses? Uno se imagina un oscuro lobby de presión entre cuatro paredes.
-Fue totalmente transparente. Nuestros colegas de Asuntos Públicos les ofrecieron a todos los legisladores información y sostuvieron conversaciones sobre un tema que es complejo, y en esas charlas explicamos a qué aspiramos y por qué: que en el mundo digital, el periodismo tiene que tener un futuro.
-A Axel Springer le recriminan que va a ganar mucho con la nueva ley…
-Es absurdo. Obvio que queremos ganar más con nuestro periodismo digital. Solo así podremos seguir invirtiendo en periodismo independiente. Pero olvidan que también editoriales chicas e incluso blogueros van a ganar, porque no tendrían poder propio para negociar con las plataformas para imponer sus derechos. Por eso es que tantas editoriales chicas lucharon por esta reforma.
-¿Qué le diría a un adolescente que ahora está preocupado por la reforma? (los adolescentes fueron muy activos en las protestas contra la reforma)
-Que va a poder seguir con sus stars de Youtube, y que la reforma no le quita nada porque se trata de que Google y Facebook también paguen por contenidos de otros, si los quieren usar. Así como ese adolescente no subiría a su canal un tutorial de un amigo sin pedirle permiso para así conseguir más suscriptores, tráfico y fans. Lo mismo pasa con las editoriales.
-¿Cómo sigue el proceso?
-A principios de abril deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros de la UE y luego empieza la adaptación a los sistemas legales nacionales, lo que puede durar hasta dos años más. En ese lapso cada estado podrá introducir modificaciones. Por ejemplo, no sería extraño que en Alemania y otros países se dejen de lado los “Uploadfilter” para detectar violaciones al derecho de autor antes de cargar contenido y que se reemplacen por licencias especiales.
-Los Upload filter (tecnología para detectar violaciones de derecho de autor previo a cargar contenido a las plataformas. Se teme que esa tecnología no estaría bien desarrollada y podría ser considerada excesiva o directamente censura previa) fueron el capítulo más controvertido, ¿qué postura tiene la editorial Axel Springer en ese punto?
-No nos metimos con eso porque no es nuestro tema. Nos interesaba el artículo 11, de derecho de autor auxiliar para editoriales. El otro (el 13 que se convirtió en 17) interesaba a la industria cinematográfica, de TV y musical, pero entendemos sus argumentos.