No hay fórmulas químicas, no se usan trajes de protección a la “Breaking Bad”, no hay gadgets para medir la humedad y la presión atmosférica y no hace falta bajar a una especie de sótano y sortear extremas medidas de seguridad para encontrarlos. Los laboratorios de noticias o “news labs” son espacios de innovación, son catalizadores de cambio cultural, son “mecanismos de supervivencia” y de búsqueda de nuevos modelos de negocio, en muchos casos son una “filosofía”, para algunos se trata de un “deber ser” y para otros, algo que ya quedó superado y que se extendió como política en los flujos de las redacciones.
Los “news labs” están formados por periodistas, animadores, editores, realizadores, desarrolladores, ingenieros, científicos de data y otros tantos perfiles. Tienen varios focos y objetivos comunes que se pueden dividir en categorías que muchas veces conviven: los que se dedican al avance y la experimentación con nuevas tecnologías; los que intentan dar con nuevas iniciativas comerciales; los que se dedican a la alfabetización y formación digital de periodistas dentro de una Redacción y los que buscan el “Santo Grial” -el Storytelling-: cómo dar con nuevas narrativas que aporten valor en un contexto cada vez más crudo y competitivo.
Los “faros” internacionales
El diario El País lanzó un laboratorio en marzo de 2018. “El Lab es un espacio de creatividad para sacar adelante proyectos especiales que son difíciles de desarrollar dentro del día a día de la redacción”, explica su coordinadora, Patricia Gosalvez y confiesa: “La actualidad en Internet puede ser una trituradora”. Con poco tiempo de ruedo, el espacio busca convertirse, según cuenta, en “una especie de rincón para pensar, donde explorar nuevos formatos que luego puedan (o no) pasar al día a día de la redacción”.
En El País Lab conviven cuatro redactores (“tres chicas”, aclara Gosalvez), una diseñadora, una maquetadora html y un desarrollador. El equipo se encarga de la producción de los proyectos de innovación del diario, pero siempre cuenta con “periodistas, cámaras, fotógrafos, infógrafos o expertos en redes de la redacción”. Por ahora trabajaron sobre contenido 360, podcasts, “gamificaciones”, visualizaciones y formatos en Google AMP Stories. “Innovar forma parte de lo que hacemos en el diario. El Lab es solo un pequeño ejemplo más”, dice Gonsalvez.
The New York Times tomó un camino distinto. Luego de conocerse su reporte “Innovación” -que recorrió el mundo y que describió crudamente sus debilidades y el camino a seguir en la carrera digital-, publicó a principios de 2017 el “Reporte 2020” (así lo llaman informalmente), “Journalism That Stands Apart, The Report of the 2020 Group”, un informe que surge de otro “survey interno” (encuesta), y que muestra el cambio abordado hasta entonces, la adopción de la “data” y las métricas en sus flujos y el camino a seguir.
“Soy parte del equipo llamado ‘Digital Transition’”, cuenta Charo Henriquez, Senior Editor of Digital Storytelling and Training del New York Times: “Este equipo lleva algún tiempo en nuestra Redacción, pero el año pasado tomó una configuración distinta a partir de nuestro ‘Reporte 2020’. Somos un grupo de periodistas, liderado por nuestra editora Kim Perry, con experiencia en audiencias, herramientas y Storytelling (narrativa digital) posicionado en la redacción para ofrecer adiestramiento, soporte estratégico y técnico a editores y reporteros”.
Uno de los hallazgos del “Reporte 2020” del NYT fue que para atender a sus audiencias digitales, una de las prioridades debía ser expandir al equipo de adiestramiento: es decir capacitar a sus equipos. “La misión es desarrollar una cultura de colaboración y aprendizaje continuo en nuestra Redacción”, resume Henriquez.
Desde el universo nativo digital, Buzzfeed es un caso testigo de la necesaria flexibilidad y velocidad de reacción: anunció con bombos y platillos la salida de su “Open Lab for Journalism, Technology, and the Arts” en 2015 y a fines del 2017 decidió cerrarlo. «Queremos romper la mierda y reconstruirla mejor de lo que era antes”, había declarado su CEO, Jonah Peretti. Experimentaron con sensores, con drones, con bots y videos con tecnología 3-D. Pero luego llegaron a otra conclusión. “Hemos aprendido que tiene más sentido tener a ingenieros y hackers integrados directamente en la redacción, en lugar de tenerlos en un laboratorio”, explicó Peretti en un memo para su compañía.
“No funcionó, por eso se cerró”, confiesa entre risas Amanda Hickman, exdirectora del Lab. “Fue un lugar muy especial. Trabajamos en proyectos creativos explorando tecnología con colaboración de la redacción durante dos años”.
“La gente traía sus ideas inspiradas en cosas en las que querían trabajar. Yo buscaba proyectos que pudieran sincronizar con las cosas en las que estaba trabajando la Redacción y que pudiesen plantear un desafío. Después de dos años de trabajo, en un espacio contenido, satélite y separado en San Francisco, fue muy claro que lo que Buzzfeed necesitaba era una intervención creativa que se esparciera sobre toda su Redacción. Buscar personas con perfiles innovadores y hacerlas trabajar dentro de los equipos”, dice Hickman.
Se sabe que Buzzfeed es un espacio creativo y experimental, pero para Hickman el cierre del laboratorio significó una pérdida: “La práctica de documentar y publicar los aprendizajes, de publicar y compartir código abierto, eso es algo que no se hace más. Nosotros nos preguntábamos qué estábamos tratando de aprender de un experimento y podíamos mirar para atrás y ver qué habíamos aprendido realmente. La enseñanza, a veces, estaba muy lejos de lo pretendido. Eso es algo que no se puede hacer fuera de un laboratorio. Es algo que no se puede permitir una Redacción”.
¿Qué pasa en nuestro país?
En Argentina no existen los “news labs”. Si lo hicieron alguna vez, dejaron de hacerlo para darle paso a una filosofía que pretende ser más abierta y que busca ser transversal en las organizaciones. “En La Nación, la innovación está instalada como proceso creativo en todas las áreas de la compañía, incluida la Redacción, e incluso en todos los proyectos interáreas”, dice Gastón Roitberg, Secretario de Contenidos Digitales.
“No es un departamento porque creemos que tiene que ser una forma de trabajo que fluya de manera natural en la labor de la Redacción, en sus diferentes velocidades. Cada nuevo proyecto para nosotros es un laboratorio”, asegura.
En el caso de Todo Noticias, se buscaron roles y talentos que tienen como foco la experimentación y la búsqueda de la innovación. Se crearon grupos de trabajo que cruzaron periodistas con desarrolladores para hacer productos mobile, videos 360 y de Realidad Virtual y se experimentó con estrategias de gamification para hacer bots de servicio para las elecciones y ahora se trabaja con inteligencia artificial para automatizar procesos dentro de la Redacción.
“El desafío fundamental es encontrar nuevas narrativas periodísticas que aporten valor para los usuarios y que mejoren la comprensión de una historia”, sostiene Marcos Foglia, Director de Plataformas Digitales de Artear, que agrega: “Para poder desarrollar nuevas narrativas periodísticas o de entretenimiento, se requiere crear previamente el contexto adecuado. Por eso es importante modificar rotundamente la estructura y la cultura de las organizaciones. Las empresas de medios aún están pensadas bajo parámetros más cercanos a la revolución de la imprenta y el posterior auge de la industria periodística gráfica, que a la gran revolución tecnológica que vivimos en los últimos 20 años con la llegada de Internet”.
Para Franco Piccato, Secretario de Redacción de La Voz del Interior, “es indispensable cambiar la cultura interna de los medios para acelerar la innovación”. “El contexto es de darwinismo digital. Sobrevive el que mejor se adapta”, dice. Las plataformas como Facebook, Instagram, YouTube, Twitter, Snapchat tienen hoy un rol central en la distribución del contenido. “Plantean desafíos para la monetización. Necesitamos innovar para crear futuro”, confiesa Piccato.
Uno.com.ar, de Grupo América, funciona como un laboratorio. Así lo asegura Ezequiel Apesteguía, Jefe de producto y experiencias móviles: “Es parte de su esencia”. Para Apesteguía los Labs son indispensables. “Pero no tienen sentido si no están integrados completamente al proceso de trabajo, desde la chispa de una idea hasta el feedback después de la publicación. Los departamentos de R&D (Research and Development) quedaron viejos”, asegura.
Todos coinciden en que los laboratorios son y fueron motores de cambio. “En el contexto actual de los medios tradicionales, son una herramienta clave para tratar de construir una cultura que asimile los cambios. Y eso no garantiza innovación, pero sí que la organización esté mejor predispuesta para innovar”, agrega Apesteguía.
El rol de las plataformas
En Argentina y en el mundo, Google hace su “aporte” al periodismo con un Lab dedicado. La plataforma que concentra todas las búsquedas de Internet del mundo, se erige desde hace tiempo como capacitadora para periodistas en el universo digital.
“Google News Lab trabaja con medios de comunicación, redacciones, periodistas y emprendedores para potenciar la innovación y colaborar para que los periodistas adquieran nuevas habilidades digitales”, explica Juan Manuel Lucero, Google News Lab Lead de Argentina. Según detalla, ya se capacitaron más de 100,000 periodistas en el mundo y en Argentina, 11,000 en 17 provincias. ¿Cuáles son los temas? Siempre ligados al interés de los periodistas y medios: visualización de la información, búsqueda avanzada, seguridad, tendencias y verificación de la información.
A fines del año pasado Facebook hizo lo propio y presentó: The Facebook Journalism Project. La iniciativa, que no es un Lab per se, busca desarrollar nuevos productos, capacitar a periodistas en todo el mundo y luchar contra las noticias falsas. La plataforma incluso incorporó a Campbell Brown, expresentadora de CNN y NBC, para articular lazos con los editores de medios.
Este anuncio se vio opacado luego en medio del escándalo «Cambridge Analytica» por la filtración de datos que afectó a más de 87 millones de usuarios, que representó bajas en su cotización, citaciones a declarar en Congresos y Parlamentos y ocupó los titulares de los medios más importantes del mundo. Así y todo, el gigante digital (que deriva un gran porcentaje de su tráfico a los medios) marca el compás de la innovación y viene desarrollando herramientas y formatos que enmarcan y generan una nueva demanda de Storytelling, en definitiva, de relato periodístico.
“Hay una gran necesidad de los periodistas por capacitarse”, repone Lucero: “Hay un entusiasmo e interés enorme sobre todo lo que les permita entender nuevas herramientas, cómo gestionar mejor sus recursos, herramientas conceptuales, metodologías de trabajo más ágiles, etc.”.
El aporte académico
La Universidad de Columbia de New York tiene un laboratorio que apunta al contenido, al relato y a la conversación. “‘The Columbia University School of the Arts’ Digital Storytelling Lab’ explora posibles formas futuras y las funciones del Storytelling. Cuando decimos formas, nos referimos a los cambios en la dirección en que la gente crea y experimenta contenido”, explica Rachel Ginsberg miembro estable del laboratorio. “Ejemplos de eso pueden ser la integración de tecnologías emergentes como la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada o la Inteligencia Artificial, o desarrollos en los métodos colaborativos”, agrega: “Específicamente, investigamos y diseñamos prototipos de metodologías que usan a la narración como una herramienta de diseño”.
Dos prototipos del Lab que tuvieron mucha repercusión fueron las adaptaciones literarias de «Sherlock Holmes con Internet de las Cosas» y «Frankenstein con Inteligencia Artificial», dos narrativas con abordaje colaborativo que fueron presentadas, entre varios festivales, en el famoso Sundance Film Festival.
El abordaje académico tiene un foco claro que los medios recién están empezando a discutir, “la conversación”. Explica Ginsberg:
“Exploramos qué oportunidad tenemos de sumarnos a la conversación en temas emergentes. Nos interesa generar reflexión y trabajo que empuje y direccione a la cultura y la tecnología mientras se desarrollan. Creemos firmemente que hay que mirar el aspecto humano, las necesidades humanas en ese proceso. Siempre abordamos los proyectos con el lente puesto en el posible impacto social positivo y el cambio cultural”.
“Lab o no Lab”: permiso para equivocarse y más periodismo
Desde la Universidad de Columbia aseguran que los laboratorios son absolutamente necesarios en los medios tradicionales: “Hoy en día, a medida que el status quo continúa desmoronándose y surgen nuevos paradigmas todo el tiempo, es esencial desarrollar una cultura de experimentación que pueda resistir y navegar en la ambigüedad”.
En un mundo mobile, con un contexto de “darwinismo digital”, en medio del desafío por la “supervivencia” y en el sinuoso camino por encontrar modelos de negocios alternativos, los Labs parecen ser la respuesta para muchos, el “deber ser” para otros y un modelo superado para los más escépticos.
“La innovación requiere de una cultura del sí, que priorice la acción a la deliberación”, dice Franco Piccato de La Voz del Interior. “¿Estamos formando a los futuros periodistas y productores de contenidos a la altura de la revolución tecnológica que modificó para siempre la producción y el consumo de contenidos? ¿Tenemos los organigramas, los procesos, la cultura y los roles para formar y retener al mejor talento?”, pregunta Marcos Foglia de Artear.
Los proyectos de los laboratorios requieren cosas que en el día a día de una Redacción parecen imposibles de consolidar del todo: trabajo en equipo, colaboración, objetivos a largo plazo, autonomía, libertad de acción y permiso para equivocarse. Pero detrás de la búsqueda de todos los “tipos” de laboratorios o de abordajes “dentro” de las Redacciones hay una sola cosa que sigue imperando: el periodismo, el oficio de “contar” la realidad.
“¿Triunfará la simplicidad de las historias por Whatsapp o las superproducciones de Realidad Aumentada y Periodismo Inmersivo? ¿Ambas?
No sé. Imagino que habrá que probar e ir equivocándose, con creatividad, osadía y sobre todo, con oficio, es decir, con buen periodismo”, reflexiona Patricia Gonsalvez de El País.
Desde el New York Times, Charo Henriquez coincide: “Tenemos que enfocarnos en el buen periodismo, en las destrezas principales de reportar, escribir y editar. Las herramientas se aprenden, las plataformas evolucionan y cambian constantemente. La inversión mayor debe estar en la calidad del periodismo y en ayudar a los periodistas a pensar en su audiencia de múltiples formas”.
Es importante contar todo tipo de historias en diferentes maneras a lo largo y lo ancho de todas las plataformas. Pero hay algo que se debe poner sobre la mesa: “Hay que reconocer la presión financiera de las organizaciones de medios que perciben esto como una carrera que tienen que ganar”, afirma Rachel Ginsberg, desde la Universidad de Columbia.
Amanda Hickman de Buzzfeed va por la misma senda: “Hay un preconcepto o deseo de que se va a poder subsidiar a la Redacción desde ‘adentro’ de la Redacción, pero creo que eso es algo que va a ser difícil de lograr”.
Como reza Isaac Asimov: «Ninguna decisión sensible puede ser hecha ya sin tomar en cuenta no sólo cómo es el mundo, sino cómo será». La innovación es un salto de fe. Es ser Indiana Jones cruzando el puente invisible para alcanzar el Santo Grial. Ya sabemos y aceptamos que el mundo es mobile. Lab o no Lab, es hora de tomar riesgos, equivocarse y enfocarse en lo que los medios saben hacer: buen periodismo.
Por Juan Ignacio Sixto, periodista, a cargo del proyecto Cross-Media Newsroom de Artear/TN, innovación y VR/360. Se especializó en periodismo digital, métricas, workflows, trends, contenido mobile y cross platform. En Twitter @juanisixto