El Vicepresidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), Francisco De Santibañes, dio una conferencia en la 187ª Junta de Directores de ADEPA. En su participación, habló sobre cómo las potencias emergentes están redefiniendo el orden mundial.
Titulada “El escenario político y económico global”, su charla abordó la agenda internacional y los actores claves del mundo actual. De Santibañes inició la conferencia con la pregunta disparadora “¿cómo nos afectan los cambios globales a nosotros?”.
Para responder, presentó los principales escenarios internacionales y anticipó las transformaciones sísmicas: el poder global se desplaza hacia Asia.
“Las nuevas potencias cuestionan el orden establecido, que fue construido luego de la Segunda Guerra Mundial”, dijo De Santibañes. “China e India emergen como actores clave, y desafían el orden estipulado”, agregó. Los gigantes asiáticos construyen sus sedimentos sobre tres pilares: la globalización, la expansión de la democracia liberal y las instituciones del comercio.
Por otro lado, la guerra en Ucrania evidenció el creciente apoyo de potencias asiáticas emergentes a Rusia, lo que le permitió a este país consolidar su posición frente a Occidente. China se consolidó como potencia asiática gracias a sus avances en el campo de la inteligencia artificial y las intenciones de estas potencias generan incertidumbre y crean un escenario global complejo y desconocido.
Para el Cono Sur, la comprensión de los incentivos de estas naciones es crucial para la toma de decisiones estratégicas.
“China no es una potencia emergente, ya es una gran potencia, tiene la tecnología en sus manos”, explicó De Santibañes. Es un país que trascendió el estatus de potencia emergente y se consolidó como un actor global con liderazgo tecnológico, especialmente en inteligencia artificial. Sin embargo, su camino hacia la hegemonía no está exento de obstáculos. La consolidación de su poder sobre Taiwán sigue siendo un objetivo clave, pero “China no está en condiciones de invadir Taiwán”, aseguró el vicepresidente de CARI, ya que “sigue teniendo inconvenientes logísticos y militares”, agregó. A pesar de contar con una flota naval superior a la de Estados Unidos, su red de aliados es limitada (Pakistán y Corea del Norte). Además, su rápido crecimiento plantea riesgos para otras potencias emergentes.
Por su parte, Estados Unidos enfrenta desafíos internos y externos significativos. “La población no quiere conflictos militares, sin embargo ese es el principal ingreso que Estados Unidos tiene”, mencionó De Santibañes. Su influencia global disminuyó y su capacidad para proyectar poder se vio erosionada en los últimos años. La crisis de élites y el fracaso de intervenciones militares, como la guerra contra el terrorismo, debilitaron su imagen. Sin embargo, Estados Unidos conserva su capacidad de innovación y su habilidad para superar crisis, como lo demostró tras la guerra de Vietnam.
La política de Trump, por otro lado, representa un cambio significativo, ya que Estados Unidos se está cerrando y aislando del resto del mundo. Esto creó oportunidades para que otros países, como el gigante asiático, tome poder y posición en el escenario global.
La estrategia de Estados Unidos se basa en la lógica de que debido a su déficit presupuestario del 6%, ya no puede proporcionar la misma seguridad y protección a otras naciones que antes. Esto se refleja en la retirada de tropas militares de Europa y la reducción de la asistencia militar y económica a la región. La administración de Trump llevó a un cambio en la dinámica de la alianza occidental. Estados Unidos también está reevaluando su presencia en Medio Oriente, ya que se convirtió en un exportador de petróleo y depende menos de la región para satisfacer sus necesidades energéticas.
Argentina: Un escenario de oportunidades y desafíos
“Somos un país con una matriz muy diversificada, con solo el 10% de nuestras exportaciones dirigidas a Estados Unidos”, remarcó De Santibañes. Esta diversificación nos brinda mayor flexibilidad y capacidad para adaptarnos a cambios en el entorno económico.
No obstante, el gran desafío para la Argentina es la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China. La presencia china en la región, incluso en lugares como Ushuaia, es vista con recelo por Estados Unidos, quien la considera una amenaza.
En la actualidad, nos encontramos en un mundo complejo y dinámico, donde la política exterior se utiliza cada vez más como herramienta para la política doméstica. En este contexto, Argentina se enfrenta a un mercado global cada vez más proteccionista.
A pesar de los desafíos, “somos la región más pacífica entre los países”, dijo De Santibañes. “No tenemos conflictos políticos. Es un buen punto para recibir inversores”, subrayó. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas oportunidades, es fundamental contar con claridad estratégica y saber hacia dónde nos queremos dirigir. La política exterior debe ser profesionalizada y desideologizada para ser efectiva.