En Posadas, el exembajador argentino ante la ONU y Estados Unidos, Jorge Argüello, conversó con Daniel Dessein acerca del contexto de las elecciones en el país norteamericano y el posible impacto en la política exterior del gobierno de Javier Milei. 

Las elecciones en Estados Unidos, un escenario incierto

En primer lugar, Argüello introdujo su más reciente libro, Las dos almas de Estados Unidos, viaje al corazón de una sociedad fragmentada (2024), donde plantea el fenómeno de la “grieta” en el país del norte. 

En tanto, planteó que, a diferencia de la grieta argentina, la de Estados Unidos está “enraizada directamente en los valores fundantes de la sociedad”. En su publicación, que terminó de escribir en diciembre de 2023, el exembajador incursiona en la realidad tanto del Partido Demócrata como del Republicano. 

El abogado por la Universidad de Buenos Aires dedicó tiempo a explicar cómo se llegó al escenario actual previo a las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos. Así, comentó que, a fines del año pasado, el actual presidente Joe Biden estaba convencido de que le podía ganar a Donald Trump, ya que su imagen y su presencia eran muy fuertes dentro del partido, algo que él mismo pudo comprobar incluso dentro del mismísimo Salón Oval. 

No obstante, después en el debate presidencial, Argüello observó un Biden completamente distinto. Semanas más tarde, el demócrata renunció a su candidatura, para darle lugar a su vicepresidenta, Kamala Harris, una jugada que el magnate republicano no vio venir y que le complicó la cancha. 

En el debate de este año entre Harris y Trump, no hubo un claro ganador, dijo Argüello, lo que refleja el clima electoral actual: pura incertidumbre, más allá de que Kamala le lleva, según encuestas, un 3 o 4% de diferencia en Pensilvania a su contrincante. 

¿Se parecen Milei y Trump?

Al ser consultado por las similitudes entre el presidente argentino y el candidato republicano, Argüello planteó: “Entre Milei y Trump hay algunos puntos de coincidencia clarísimos, pero en muchos otros difieren”. 

Así, marcó una especie de error del líder de La Libertad Avanza al manifestar su postura internacional, dado que proclamó una “suerte de encuadramiento automático de Argentina atrás de Estados Unidos”, que en realidad es una alineación más con Trump que con el país en general. 

“La mirada de Milei está más puesta en una eventual presidencia de Donald Trump”, planteó, lo cual es un riesgo, porque todavía no está claro qué candidato ganará las elecciones. 

En esa línea, se habló de la confianza -o especulación- que el primer mandatario argentino tiene en recibir “dólares frescos del FMI”, un tema que no está para nada garantizado porque, incluso con una victoria de Trump, todo depende de cómo el nuevo presidente quiera beneficiar su gestión. 

Finalmente, el exembajador sentenció que no ve un sendero claro en la política exterior argentina, que “hoy necesita más que nunca multiplicar el número de vínculos, no achicarlos”. Por esto, siente “preocupación” al respecto. 

Milei, Trump y las derechas en el mundo

Ante la consulta de si hay beneficios para Milei en el acercamiento a líderes como Giorgia Meloni en Italia, Vox en España, Viktor Órban en Hungría, o Donald Trump en Estados Unidos, Argüello explicó que, si bien hay un hilo conductor entre todos los nombres, cada uno tiene sus particularidades. 

En este aspecto, detalló que algunos tienen posturas más antimigratorias que otros, al tiempo que unos se ven más identificados con el libre mercado que otros. La lectura que hace el exdiplomático es que “hay un discurso que tiene que ver con el cansancio de la democracia tal como la conocemos” y que este sistema en el mundo occidental “se está aflojando”. 

La política exterior de EE.UU.

También se hizo mención de las guerras en el mundo, y de la postura de Trump de terminar él mismo con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, mientras que en el Partido Demócrata hay muchos eslabones que participan en la toma de decisiones de este calibre. 

No obstante, Argüello comentó que si hay un tema en el que ambos partidos no difieren en Estados Unidos es en la “amenaza china”, que ocupa un lugar principal de la política exterior del país. 

Por Lucía Fortin