La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) rechaza la restricción impuesta a periodistas de la agencia de noticias The Associated Press (AP) para cubrir eventos en la Casa Blanca. La medida, adoptada en represalia por la decisión editorial de la agencia de noticias de continuar utilizando el nombre «Golfo de México», representa un acto de censura e intimidación que vulnera la libertad de prensa consagrada en la Constitución de Estados Unidos.

El martes, a un reportero de AP se le impidió asistir a un acto presidencial en el Despacho Oval, mientras que otro periodista de la agencia fue excluido de un evento en la Sala Diplomática de la Casa Blanca.

La editora ejecutiva de AP, Julie Pace, reveló que la Casa Blanca advirtió a la agencia que no tendría acceso al Despacho Oval si no alinea sus estándares editoriales con la orden ejecutiva 14172, firmada por el presidente Donald Trump el 20 de enero, que renombró el Golfo de México como «Golfo de América».

En un comunicado oficial, AP condenó la medida del gobierno de Trump como un ataque al periodismo independiente. La agencia recordó que su Manual de Estilo, actualizado el 23 de enero, mantiene el uso del nombre «Golfo de México», aunque reconoce la nueva denominación impuesta por la Casa Blanca dentro del ámbito estadounidense. AP enfatizó que dicha orden no tiene validez fuera de Estados Unidos y que otros países y organismos internacionales no están obligados a adoptarla. En consistencia con ese criterio, la agencia anunció que desde ahora llamará monte McKinley a la elevación ubicada en Alaska a la que el anterior presidente Barack Obama había renombrado como monte Denali por respeto a las tradiciones nativas. «Es un área ubicada sólo en Estados Unidos, y como presidente Trump tiene autoridad para cambiar los nombres geográficos federales dentro del país», dijo AP en aquella norma de estilo.

«Es alarmante que el Gobierno de Trump castigue a AP por su periodismo independiente», expresó Pace, y añadió que limitar el acceso viola la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de prensa.

El presidente de la SIP, José Roberto Dutriz, expresó su preocupación por esta medida: «La restricción a la cobertura periodística y la advertencia contra AP demuestran una inquietante intención de i1mponer criterios oficiales sobre la información de interés público, con la amenaza de represalias para quienes no se plieguen a ellos. La libertad de prensa está garantizada por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y debe ser respetada sin condicionamientos», afirmó Dutriz, CEO y director general de La Prensa Gráfica, de El Salvador.

Por su parte, Carlos Jornet, vicepresidente segundo de la SIP y presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, calificó la acción como un intento inaceptable de interferencia en el estilo y la línea editorial de un medio informativo.

«Se trata de una imposición arbitraria del gobierno sobre la labor periodística. La censura previa, la interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión informativa vulneran el derecho a la libertad de expresión, como lo establece el artículo quinto de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el principio 6 de la Declaración de Chapultepec», aseguró Jornet, director periodístico de La Voz del Interior, de Córdoba, Argentina.

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca también protestó el martes por la decisión de la nueva administración estadounidense y señaló que «no debe penalizar a los periodistas que trabajan porque no está contenta con las decisiones de sus editores».