Observando la entrega de los Oscar resalta la coquetería de Hollywood con el Cuarto Poder. Dos de los galardones fueron a temas de periodismo de investigación: uno para la mejor película Spotlight, que trata el tema del Boston Globe con su trabajo sobre la iglesia y los escándalos de abusos sexuales, y otro como mejor corto documental para A girl in the river: the price of forgiveness, que denuncia los asesinatos de mujeres, por cuestiones de honor, en Pakistán.

El periodismo de investigación incentivó la lectura de los medios escritos a partir de 1970, y fue el punto de cambio que marcó la diferencia. La historia se ha encargado de confirmarlo; basta sólo recordar lo que significó el caso tratado en la oscarizada Todos los Hombres del Presidente, que provocó la caída de Nixon, cuyo mensaje inspiró a las salas de redacción de todo el mundo.

Hoy el consumidor de noticias demanda una cobertura constante y en tiempo real de todos los eventos noticiosos. Ya no hay tiempo para esperar al periódico impreso que se publicará mañana, ni siquiera al noticiero de televisión que se transmitirá esta noche. Las audiencias demandan información inmediata sobre cualquier acontecimiento en cualquier lugar del planeta. Y las alternativas para buscar y encontrar la información están disponibles en Internet y en especial en las redes sociales. Pero estos medios sociales, que son espontáneos y rápidos, muchas veces pecan en su falta de credibilidad, con relación a las noticias que transmiten.

Los medios digitales nativos han tomado ventaja, en el ecosistema online, con relación a los medios tradicionales. El ejemplo de Huffington Post, que con sus 90 millones de usuarios únicos en diciembre de 2015 superaba al New York Times (70 Mill.) y al Washington Post (76 Mill.), es un acierto del buen uso de la tecnología para atraer al lector. Aprendieron en forma rápida que el proceso de la comunicación cambio y se adaptaron con éxito a dicho rumbo.

Esta evolución en el paradigma de la comunicación ha pasado desde la teoría de la agenda setting, en la que los medios crean la agenda informativa al seleccionar los temas y pautar las noticias, hasta el modelo de “usos y gratificaciones” que señala que son los usuarios quienes buscan y deciden qué temas y noticias merecen su atención. En otras palabras, es el contraste entre una audiencia pasiva que recibe y consume la información que le entregan los medios, con una audiencia activa que busca y selecciona el contenido informativo que llena una necesidad específica y le proporciona gratificaciones inmediatas.

Todos buscamos la mejor información, la más gratificante y la que vamos a creer.  En esa búsqueda, el periodismo de investigación, como lo demuestran los ejemplos de los Óscar, es para nosotros los lectores la alternativa de información más completa, interesante, profunda y que, además, nos aporta una mayor credibilidad.

Por Julio E. Muñoz. Es presidente de FUNDALEX Internacional.