“La mejor forma de describir a las ‘fake news’ es decir que las ‘fake news’ no existen”, fue la frase que Jonathan Albright, Director de Investigación del Tow Center for Digital Journalism de la Universidad de Columbia, utilizó para abrir su conferencia en la Media Party 2017. Luego de su disertación dialogó con Adepa sobre algunas de las cuestiones centrales de los puntos abordados en su exposición.
Explicó que el término “fake news” es empleado para distraer, desacreditar o engañar. “Cuando se usa la expresión como un arma para referirse a una organización de medios (como CNN), es más grave que adjudicársela a un simple artículo o nota”, manifestó respecto de las veces que el presidente Donald Trump calificó de “fake news” a algunos medios en conferencia de prensa.
Su mirada respecto de este fenómeno llamó la atención porque considera que “es injusto culpar solamente a las plataformas”. Planteó que no todo el tráfico viene de Facebook y que el email sigue siendo muy poderoso para hacer llegar mensajes, así como también Whatsapp. En su visión, el contenido está estratégicamente diseñado para ser “emocionalmente esparcido y replicado a través de los medios y las micro audiencias”.
“¿Puede haber un emoticón de confianza en Facebook?”, planteó en relación a las reacciones que tienen los posts en la red social. Por último, explicó cuáles son los factores que inciden en el ecosistema de las “fake news”: refuerzo de algoritmos, polarización y posición ideológica y contagio social. “No se trata siempre de cosas verdaderas o falsas, sino que a veces eso se usa para confundir y la gente no sabe realmente con qué coincidir”.
¿Cree que el término “fake news” es utilizado por la gente pare referirse a aquello con lo que no está de acuerdo?
Absolutamente. Es un término utilizado casi como para enfatizar el desacuerdo, pero creo que con él se pretende desacreditar. Las personas pueden estar en desacuerdo con las cosas o decir que algo no les gusta o tener otras opiniones, pero creo que cuando utilizan “fake news” es para desacreditar una historia o para desacreditar los hechos. Es un término común. Pero en verdad es utilizado para quitarles legitimidad a las organizaciones de medios y a los procesos periodísticos.
Si Facebook no es el mayor culpable visible de la propagación de las “fake news”, ¿cómo se puede afrontar este problema?
Están sucediendo muchas cosas distintas y no hay una sola parte culpable. Hay varios componentes que pueden ser responsables de diferentes partes pero creo que el mayor problema es Internet, cómo están reguladas las cosas y cómo Internet ha crecido a través de los países, las fronteras, internacionalmente. Es realmente difícil regular desde la política, por lo que es algo que debería ser revaluado o mirado de manera diferente de como creo que se miró en el pasado.
¿Cree que los esfuerzos que hicieron Facebook y Google para combatir las “fake news” fueron necesarios o fueron un tanto vagos y fallaron en su efectividad?
Todas fueron reacciones. Todos respondieron al problema en lugar de tener sistemas que fueran resistentes a la manipulación. Así que todos los efectos que produjeron la mayoría de los problemas que surgieron, ocurrieron en gran parte porque los sistemas y los actores no estaban preparados para la clase de cosas que iban a suceder. Así que creo que la mayoría de los cambios, las correcciones y los parches fueron en respuesta a algo que generó un problema dentro su negocio.
¿Cómo pueden los periodistas educar a la gente para que logre identificar las “fake news” y para que no crea todo lo que lee y escucha?
Requiere de varias cosas. Las habilidades de pensamiento crítico creo que son realmente importantes. Enseñarle a la gente a cuestionarse no solo la información, sino que también los datos, porque no se trata sólo de información. Si se utilizaron datos en una historia, ¿de dónde provienen los datos? No tomar todo lo que se dice, sino que estar dispuesto a escuchar otras voces también y ser capaces de hacer un contrapeso entre las cosas. De modo que hay algo que está sucediendo en varias generaciones o quizás en las nuevas generaciones. Pero siento que todo es como si estuviera de un lado o del otro, está muy polarizado. Así que enseñarle a la gente a ser moderada y a pensar antes de reaccionar o pensar antes de compartir algo o tal vez simplemente esperar, sea hacia donde las cosas deberían ir. Es muy importante que haya cierta alfabetización por parte de los medios. Que se comprendan las señales online que demuestran que algo no es tan confiable o correcto o tal vez muy sesgado. Siento que la gente no tiene estas habilidades. Es una carencia incluso que no sepan mirar el dominio y ver si se trata de algo real.
Internet sigue creciendo y usted dijo que una de las mayores partes culpables por la propagación de las “fake news” era Internet. ¿Considera que las “fake news” van a crecer o la sociedad y los medios ya están tomando mayor conciencia?
Qué pregunta difícil. Creo que todo está creciendo, así que supongo que en un intento de respuesta diría que los problemas que estamos enfrentando en este momento son sólo el comienzo de los problemas futuros. Y es diferente a lo que sucedía antes porque las computadoras, lo que llamamos inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural pueden imitar fácilmente a los humanos y eso es un gran problema. Porque tendemos a confiar en las personas, tendemos a confiar en caras, tendemos a confiar en perfiles y una vez que esa confianza desaparece o que es manipulada por bots, por ejemplo, ya estamos en un gran problema. Eso solo va a darle la capacidad a la tecnología para actuar como seres humanos, hablar como seres humanos o incluso parecer seres humanos. Entonces, solo las habilidades, la regulación y las políticas son las que pueden solventar esto. El asunto está en que no tendríamos semejante problema si la gente pudiera tomar las distintas partes, comparar, esperar para compartir las cosas y no ser tan emocionales con todo.