2020. Nuevos desafíos para la industria

por Martín Etchevers

Desde sus orígenes en 1962, Adepa se propu­so generar un ámbito de colabora­ción entre sus asociados, más allá del tamaño de cada medio, su alcance o la línea editorial. Con el tiempo, los vertiginosos y acelerados cambios tecnológicos transformaron ese objetivo en una misión estratégica: sostener la vigencia de la industria periodística es fortalecer la democracia.

Hoy, la institución brinda orientación y capacitación a sus casi 200 socios de todo el país a través de encuentros presenciales y virtuales, mediante la producción de informes especiales sobre las principales tendencias del sector, y gracias a la articulación con los diferentes actores que forman parte del ecosistema informativo.

El anuario 2020 de Tendencias e Innovación es uno de los hitos de esta tarea, pues sistematiza información, análisis y estadísticas sobre las principales novedades de la industria periodística en nuestro país y en el mundo, para el análisis estratégico de quienes conducen los medios.

A nivel global, como editores, nos enfrentamos a grandes desafíos, que se intensifican en el caso de los medios regionales y locales. Cambiaron los hábitos de consumo, cambió el mercado publicitario, aparecieron plataformas que permiten la comunicación individual. Pero las audiencias siguen delegando en los medios periodísticos la búsqueda y selección de información, tarea que aunque parezca al alcance de la mano de todos, requiere conocimiento: hay que saber buscar, entender, jerarquizar. Lo vemos en la web: nunca nos leyó tanta gente.

En los últimos años hemos asistido casi a un dogma acerca de las supuestas ventajas del ejercicio individual de la opinión, de la divulgación, aún de la producción informativa. Potenciada por las enormes e indiscutibles posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, las redes sociales y el emprendedurismo digital. Bienvenidas sean esas experiencias. Pero no reemplazan la tarea a largo plazo de una redacción formada para generar un producto periodístico permanente, con áreas de especialización, con estándares de calidad, con recursos para investigar, con planteles experimentados e innovadores, con una estructura que le permita no sólo costear todo lo anterior, sino aún asumir las responsabilidades patrimoniales que le correspondan.

Todo eso es intransferible y sigue siendo un diferencial de las organizaciones periodísticas bien constituidas. El mundo da cuenta de ello todos los días con hallazgos, primicias y validaciones que surgen de los medios de referencia. Ese es el valor que esta actividad está llamada a aportarle a la conversación democrática. Ni medios ni periodistas nos escondemos detrás de un perfil falso. No somos navegantes anónimos ni trolls. Damos la cara y asumimos la responsabilidad de lo que publicamos. ¿Cometemos errores? Claro que sí. Y cuando nos equivocamos respondemos por ello. De hecho, estamos comprometidos en seguir evolucionando.

Por eso, desde Adepa apuntamos a seguir explorando caminos de sustentabilidad y de calidad para la prensa, a seguir generando herramientas que nos ayuden a preservar el valor social, cultural e institucional del periodismo profesional, a seguir dando los debates necesarios para contribuir al desarrollo continuo de esta industria y de esta profesión. Entendemos que este tarea también contribuye al objetivo de forjar entre todos una sociedad más informada, y por lo tanto, más libre.

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