Cuando en 2016 el medio digital El Surtidor compartió en sus redes sociales un informe sobre espionaje del gobierno paraguayo, el equipo pensó que iba a “romper el Internet”. Sin embargo, se toparon con un problema: en el mismo minuto en que difundían la noticia, 38 mil fotos eran publicadas en Instagram y 367 mil mensajes enviados en Twitter. Entonces, la dificultad se volvió una oportunidad: aventurarse a hacer un periodismo visual capaz de captar la atención de las audiencias en el mar de información.
El 17 de marzo, el Foro Pamela Howard de Cobertura de Crisis Mundial del Centro Internacional de Periodistas (ICFJ) organizó una conferencia web con Juan Heilborn Diaz, director de arte y cofundador de El Surtidor, y Jazmín Troche, diseñadora gráfica y editora visual de dicho medio. Ambos conversaron sobre cómo el diseño y las visualizaciones pueden ayudar a que el fact-checking genere mayor impacto en las audiencias. El evento digital formó parte de la Conferencia Mundial Empowering the Truth, dirigido por ICFJ con la financiación principal de la Scripps Howard Foundation.
“La belleza es una forma de hackear la economía de la atención”, cuenta Heilborn. El equipo de El Surtidor confía en que las ilustraciones son la palanca que empuja al rigor de sus verificaciones. Su redacción sigue la dinámica de los memes: un periodismo ágil, sostenible, adaptable, remixable y comunitario. Para esto, el equipo apuesta por un trabajo interactivo y horizontal entre periodistas, ilustradores y diseñadores; y cuenta con un flujo de trabajo de seis pasos, que se basa en el design thinking y otras metodologías.
Escuchar y aprender de las audiencias
Los dos primeros pasos son escuchar a tu público y al entorno; y, en base a ello, idear, explorar y bocetar las ilustraciones. El Surtidor apuesta por llegar al celular de los jóvenes paraguayos, para que ellos tengan información que les permita entender mejor su país. Por eso, por ejemplo, se concentran en que su portal web y sus piezas para redes sociales no consuman muchos megas de Internet. “(Los videos) no circulaban porque los megas son muy caros en Paraguay para la población joven”, explica Heilborn.
A los pasos siguientes —diseñar y redactar, editar y publicar— se suma uno adicional que es clave para El Surtidor: aprender. No solo de los errores, sino escuchar los aportes de las audiencias; pues estas tienen información valiosa para el reporteo. El medio de Heilborn y Troche, por ejemplo, tiene una comunidad en Whatsapp con miles de seguidores, entre los que hay especialistas en economía, ingeniería, medio ambiente y otros temas. Aunque reconocen que demanda una importante inversión de tiempo, pues las audiencias esperan una relación cercana con la redacción.
Durante la pandemia, por ejemplo, El Surtidor supo identificar el agotamiento del público por la avalancha de información relacionada al COVID-19. Es así que la redacción se adaptó y produjo un podcast que reunía sus verificaciones más relevantes. Las primeras tres semanas de la cuarentena, El Surtidor publicaba un podcast al día; luego, se difundió uno por semana. Cada episodio duraba un promedio de cinco minutos e incluía audios que su público enviaba a través de Whatsapp. En dos años publicaron casi 90 podcasts.
Combatir la desinformación con memes
¿Cómo combinar el periodismo de ilustración con el chequeo de información? En principio, esta misión parece contradictoria por la “frialdad” de las verificaciones, que suelen tener una estética que apela a la racionalidad; mientras que el estilo visual de El Surtidor apela a la emoción y expresividad. Troche explica que afrontaron este desafío recurriendo al uso de colores llamativos, a la terminología popular de Paraguay y a la adaptación de memes y stickers de moda. Todo esto sin sacrificar la rigurosidad de sus verificaciones.
Un aspecto clave de su trabajo está resumido en una frase que suelen repetir en sus capacitaciones: siempre se puede decir más corto. Ambos periodistas reconocen que este principio puede generar un rechazo inicial en los verificadores y hasta en las mismas fuentes de información, pues están acostumbrados a un lenguaje muy largo. Sin embargo, ante la avalancha de información, los 30 primeros segundos son importantes para captar la atención de las audiencias. “Esto no quiere decir que la verificación se empobrezca, pues siempre hay posibilidad de adjuntar recursos más extensos”, explica Heilborn.
El trabajo de fact-checking de El Surtidor se transformó en una sección con marca y voz propia: La Precisa. Troche cuenta que esta sección cambió su identidad visual, aunque manteniendo elementos de El Surtidor como el tipo de trazo de sus ilustraciones. También destaca las colaboraciones regionales que han realizado, tanto dentro de Paraguay como con medios de otros países, que les permitió explorar lenguajes visuales que se adapten a cada audiencia específica y al estilo narrativo de cada redacción.
¿Cómo pueden comenzar a apostar las redacciones pequeñas por el periodismo visual? Ambos expositores recomiendan aplicar metodologías como el denominado “Memeton”: un ejercicio práctico en que eliges un meme y una noticia con el objetivo de adaptar el primero para contar el segundo. Si no es posible contratar a un ilustrador, otra opción es que los propios periodistas usen herramientas de diseño como Google Slides o Canva. Lo importante, ambos recuerdan, es mantener una unidad de colores y tipografías. También estar atentos a las capacitaciones de Latinográficas, el programa de formación regional de El Surtidor.
Puedes ver el seminario online completo aquí: