El tercer y último encuentro sobre “Contenidos audiovisuales y periodismo: una alianza contra la violencia de género”, se realizó el jueves 19 de agosto y estuvo a cargo de Alejandra Benaglia, Coordinadora de la Red de Periodistas con Visión de Género en Argentina. La actividad estuvo moderada por Tomás Vio, Jefe de comunicaciones externas del Grupo Clarín e integrante de la Comisión de diversidad de ADEPA.
Alejandra Banaglia inició su exposición resaltando que “la comunicación utiliza un lenguaje que debe ir modificándose en función de los cambios culturales y tecnológicos”. Luego, lanzó dos interrogantes:
¿Qué pasa cuando los cambios culturales introducen la noción de género y nos obligan a reformular estas nuevas prácticas?
“Como periodistas tenemos la posibilidad de transformar los conceptos y modificar los sentidos. Quienes nos dedicamos a la comunicación con noción de género o no sexista, sabemos que lo imprescindible es incorporar la perspectiva de género”, respondió la expositora.
¿Qué es la perspectiva de género aplicada a la comunicación?
Para Benaglia, se trata de entender las desigualdades, las inequidades que se producen, la invisibilización y poder desarmarlas para incorporarlas en las noticias que se cuentan a través de los medios. En este sentido, enfatizó que para poder comunicar femicidios con esta perspectiva, es necesario respetar los derechos de los y las protagonistas de este tipo de noticias. Para poder hablar con responsabilidad, presentó algunos términos y sus definiciones:
1. Femicidio: es la naturalización de la violencia sexista en nuestra sociedad. Se trata de la forma más extrema de la violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre a una mujer quien considera su propiedad.
Haciendo referencia a este concepto, la Coordinadora de la Red de Periodistas con Visión de Género en Argentina, resaltó “no es un femicidio el asesinato a una mujer en cualquier contexto”. Hay dos términos que están asociados a este tipo acto delictivo:
Femicidio vinculado: no son perpetrados directamente hacia las mujeres, sino que se realizan para lastimarlas. De este, se desprenden dos categorías: 1) Las personas asesinadas por el femicida que intentan impedir el fin último del victimario; 2) Quienes tienen un vínculo real o familiar con la mujer y fueron víctimas del femicida con el intento de agraviarla y de destruirla psíquicamente.
Travesticidio/ transfemicidio: según la expositora, es la expresión más visible y final de una cadena de violencias estructurales que responden a un sistema cultural, social, político y económico vertebrado por la división binaria excluyente entre los géneros. “Las víctimas de travesticidios han sufrido un continuum de violencias. En general, su expectativa de vida es muy corta”, remarcó.
Según Benaglia, es necesario entender estos conceptos porque cuando comunicamos un femicidio debemos contextualizar los diferentes tipos de violencias.
Además de las violencias psicológica, física, sexual, económica, en el país hay una ley que tipifica estas conductas y destacó que existe una “violencia simbólica” que tiene su representación en la violencia mediática. “Por eso, los medios de comunicación son responsables de lo que transmiten y es tan importante poder mostrar todas las violencias a las cuales, una mujer víctima de femicidio o un transfemicidio estuvo expuesta”, explicó.
¿Qué tratamiento puede dar el comunicador a la información que recibe?
Benaglia entiende “que no se puede lanzar un título y dejarlo ahí”, sino que los comunicadores deben interrogarse sobre cómo contar esa información.
Al poner foco en cómo se presentan las víctimas, la periodista resaltó que no hay víctimas buenas y víctimas malas: hay víctimas. Asimismo, es importante poder mostrar el contexto de la mujer, ya que cada caso es diferente. Además, al momento de contar este tipo de noticias, hay que poner una leyenda con el teléfono al cual pueden comunicarse las víctimas de violencia de género o quienes la conocen.
En cuanto a los victimarios, siempre hay que tener presente el marco legal de cada país y región y utilizar el lenguaje potencial porque, de manera contraria, pueden surgir consecuencias legales.
Por otro lado, dejó en claro que no se va a poder avanzar en la prevención y en la protección si no se tiene en claro que estas violencias no se producen de forma aislada, sino que están estructuralmente sostenidas por la sociedad.
Para que el foco esté puesto en el agresor y no en la víctima, es sustancial presentar el ciclo de la violencia de género: “Hay un proceso primario que es la sumatoria de la tensión; después viene la explosión a través de la violencia y la agresión; y después viene el ciclo de calma o reconciliación en donde el agresor puede medir las consecuencias”, describió.
Ejes para producir una noticia con perspectiva de género
Es crucial no exponer a las víctimas a través de sus fotos. Sobre este punto destacó que las redes sociales muestran las imágenes que cada persona decide subir y se las muestra con distintas actitudes, en diferentes contextos y, a veces, estas no sirven para comunicar un femicidio. Tampoco es necesario exponer audios u otros elementos que invadan su privacidad. “La víctimas siguen teniendo privacidad, y eso lo debemos respetar”, sentenció.
Al llegar al lugar del hecho, sugirió buscar la fuente primaria de información, que generalmente se trata de la familia o su entorno que van a brindar los datos verídicos. En cuanto al contenido de esa información, para Benaglia, un factor fundamental es evitar los estereotipos, la cosificación, la invasión a la intimidad, o cualquier término o frase que haga apología a la violencia.
Sobre la cobertura en televisión, es menester que la información o el título que se establecen en los zócalos “nos ayuden a mostrar que el camino es otro y que se puede salir de la violencia”, subrayó la comunicadora.
Además, remarcó que es preciso realizar una investigación responsable con información de fuentes confiables que nos den información verídica. También se puede buscar apoyo en datos estadísticos como los brindados por los distintos observatorios o extraerlos del relevamiento de la Corte Suprema de Justicia, entre otros.
Teniendo en cuenta estos lineamientos, Benaglia finalizó diciendo que “no es fácil contar femicidios, no es fácil contar las noticias que tienen que ver con las violencias, por eso es importante pensar en nuestra actividad y hacer foco en nuestro cuidado”.
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Informe: Valeria Silva.