Después de muchos años de disrupción digital, el público le está dando la espalda al periodismo cada vez más, y muchos sienten que las noticias ya no son relevantes para ellos, a menudo fuera de línea con sus valores y sin contacto con sus vidas.

El surgimiento de la desinformación online ha contribuido a la falta de confianza en el periodismo, mientras las audiencias luchan para diferenciar la verdad, los mitos y las mentiras que ven en los sitios web y las redes sociales.

Así que, ¿cómo pueden los editores responder a estas amenazas y pelear para restablecer el periodismo como una profesión confiable e institución pública, digna de la atención de la audiencia?

“Tenemos que preguntarnos qué tipo de conexión pública tenemos con la gente a la que servimos” Dijo Rasmus Nielsen, director del Reuters Institute for the Study of Journalism UK, en el 71° Congreso Mundial de Medios Informativos el 1 de junio.

También explicó que esto es fundamental porque en este momento están perdiendo la batalla por la atención, con las audiencias de Estados Unidos que solo pasan el 3% de su tiempo en medios digitales de noticias e información (ComScore 2018).

Nielsen agregó que esto es particularmente preocupante, ya que las audiencias son más propensas a confiar en las noticias que ya usan: el Informe de Noticias Digitales RISJ 2018 encontró que el 51% de las audiencias confía en las publicaciones con las que se involucran, pero solo el 44% de las audiencias confían en las noticias en general.

El informe encontró que la confianza en el contenido de las noticias se basa no solo en prácticas editoriales como la precisión y la transparencia, sino también en factores como si un amigo o miembro de la familia les había recomendado leer el contenido, o si se consideraba que el editor era auténtico y sabía lidiar con los errores de una manera respetable.

«Recuerden que el periodismo existe en el contexto de su audiencia», dijo Nielsen.

«Las salas de prensa ahora deben preguntarse cómo ganar y conservar la confianza de la gente».

De hecho, Martha Ramos Sosa, Directora General Editorial de Organización Editorial Mexicana en México, explicó que el diálogo constante con el público es una necesidad:

«Hace 20 años no recibimos comentarios, solo hicimos una edición impresa y esperamos lo mejor, ahora pueden hablar con nosotros y darnos su opinión, lo que a su vez mejora nuestro contenido», dijo.

Warren Fernández, editor en jefe de The Straits Times estuvo de acuerdo, y señaló que su sala de redacción en Singapur a menudo invitará a suscriptores a sus oficinas para mostrarles lo que hacen y explicar cómo funciona el negocio.

«Estarían sorprendidos de las preguntas que tienen, estaban realmente interesados en conocer el funcionamiento de la sala de redacción», dijo.

Al construir una relación entre los periodistas y el público al que sirven, las organizaciones de noticias pueden animar a más personas a invertir tiempo en su periodismo, ganando confianza y haciéndose más transparentes.

Pero para obtener esa atención invaluable, los medios de comunicación deben estar mayoritariamente dónde están sus audiencias, ya sea en televisión, en línea, en la radio, en las redes sociales o, en muchos casos, en una combinación de todos.

«Cuando se le pide a un periodista de gráfica que produzca videos y tome fotografías, así como también mensajes de texto, puedes ver que están entusiasmados pero también absolutamente aterrorizados», dijo Jane Barrett, Editora Global de News Media Strategy, Reuters, señalando que las salas de redacción están teniendo que hacer más con menos recursos.

Fernández explicó que anima a su redacción a reutilizar todo el contenido que pueda, creando lo que describe como «contenido líquido»: material periodístico que puede fluir entre plataformas, ahorrando tiempo y estrés en la sala de redacción.

“Por ejemplo, tomas texto de una columna y lo decis en la radio; luego lo grabas con la cámara para contenido online” dijo Fernández, aunque nada de esto signifique que más audiencias verán las noticias.

«Se usa el mismo cuerpo varias veces: la carga de trabajo de cada periodista es más manejable de esa manera».
Fernández también es un defensor de (literalmente) derribar muros en The Straits Times, alentando a los equipos a hablar entre ellos, compartir ideas y técnicas de historias, una idea que Reuters también está buscando.

“Vivimos en un mundo tecnológico pero no se puede poner un precio a las personas que se escuchan y hablan entre sí” dijo Barrett.

“Estamos desarrollando una nube en nuestras oficinas principales, donde entren todas las historias y podamos dirigirlas físicamente a lo largo de la sala, teniendo esa flexibilidad y sin tener que sentarnos en un conjunto de edición, donde uno pueda moverse y trabajar en esa historia con otros, intercambiar ideas y trabajar juntos, lo que es realmente crítico.”

«Cuando comencé, el editor estaba en la parte superior del árbol, dirigiendo las noticias: se trataba de administrar la sala de redacción y su producción, pero ahora se trata de administrar personas y dirigir a los seres humanos, así como a las historias».

Mientras que el rol del editor sigue desarrollando, también lo hacen las redacciones. Los avances en tecnología, como realidad virtual, inteligencia artificial, redes sociales y realidad aumentada le dan a los periodistas nuevas oportunidades de presentar las noticias en una gran variedad de formatos para llegar a diferentes audiencias.

“Es todo sobre incrementar la eficiencia en la redacción”, dijo Barrett.

“Es crítico para nuestras noticias y nuestras audiencias.”

Por Caroline Scott

Artículo originalmente publicado en inglés, traducido por Adepa.