El design thinking ha ido incorporándose a los medios de comunicación punteros en innovación como una herramienta poderosa para crear productos que encajen con las necesidades de los usuarios. Algunas universidades ya incluyen en sus másteres de periodismo temas dedicados específicamente a introducir al estudiante en las metodologías de trabajo del design thinking para ser más innovadores en la propuesta de valor.
¿En qué consiste el design thinking y en qué puede ayudar al periodismo? Seguimos en este caso dos fuentes: la guía sobre design thinking de la Interaction Design Foundation, y las aportaciones de Benedikt Borchers, coordinador de la DW Akademie en Bolivia, quien ha abordado esta metodología aplicada al periodismo en un taller de la Fundación para el Periodismo.
El design thinking consta de cinco etapas, y cada una de ellas, aplicada al periodismo, otorga unas posibilidades interesantes para crear soluciones que encajen con las necesidades de los lectores.
Etapa 1: empatizar e investigar las necesidades de los usuarios.
La primera etapa del design thinking se centra en la investigación del usuario. El objetivo es obtener una comprensión empática del problema que se está tratando de resolver. Según Borschers, esta fase consiste en hablar con la gente, con la audiencia más cercana al medio y con aquellas personas fieles al rol que desempeñamos. Como ejemplo, Borschers citó a Efecto Cocuyo, un medio venezolano que organiza tres veces al año un café para compartir con su audiencia.
En la cita, la audiencia puede simpatizar con los productores y periodistas. “No hablan mucho de periodismo, hablan de todo. ¿Para qué sirve? Obviamente después del café los periodistas no salen apresurados a escribir una nota sobre eso. Sirve para conocer a su audiencia principal y generar comunidad”, explica.
Borschers comentó que en este tipo de eventos sirve mucho hacer preguntas abiertas, que no necesariamente tengan que ver con el medio en cuestión, que no tengan que ver con su opinión sobre los titulares, o el contenido, sino hablar de cualquier tema para entender el mundo en que la audiencia vive.
Etapa 2: definir y declarar las necesidades y problemas de los usuarios
En la etapa de definición, se organiza la información que se ha recopilado durante la etapa uno. Se analizan las observaciones para definir los problemas centrales que el medio de comunicación ha identificado hasta este punto. La definición del problema y la declaración del problema deben hacerse de manera centrada en el lector o usuario del medio.
En este punto, según Borschers, (a diferencia del anterior, que está enfocado netamente a empatizar/conocer la vida de la audiencia), sí se puede preguntar sobre temas de interés para la audiencia. “Pueden prepararse votaciones, reuniones con un grupo de seguidores para definir enfoques temáticos”, subraya.
Etapa 3: desafiar las suposiciones y crear ideas
Durante la tercera etapa, los diseñadores están listos para generar ideas. Se han comprendido las necesidades de los usuarios en la etapa de empatía y se han analizó sus observaciones en la etapa de definición. Con lo obtenido, se puede comenzar a ver el problema desde diferentes perspectivas e idear soluciones innovadoras.
Hay cientos de técnicas de ideación que se puede utilizar, como lluvia de ideas, brainwriting, la peor idea posible o Scamper. Las técnicas de lluvia de ideas y de la peor idea posible se utilizan normalmente al comienzo de la etapa de ideación para estimular el pensamiento libre y ampliar el espacio del problema.
Según Borchers, en el proceso de idear, entra en juego la experiencia del periodista para proponer un tema de interés a la audiencia. “Aquí se puede pensar en procesos para involucrar a la audiencia preguntando ‘¿qué te parece su hacemos un viendo reportaje sobre este tema?’ ‘Queremos ir a tal, tal y tal lugar y hablar sobre esto’. La audiencia también se puede involucrar en este punto”, dijo.
Etapa 4: prototipo. Comenzar a crear soluciones
El equipo de diseño ahora debe crear una serie de versiones reducidas y económicas del producto (o características específicas que se encuentran dentro del producto) para investigar las soluciones clave generadas en la fase de ideación. Estos prototipos se pueden compartir y probar dentro del propio equipo, en otros departamentos o en un pequeño grupo de personas fuera del equipo de diseño.
Esta es una fase experimental, y el objetivo es identificar la mejor solución posible para cada uno de los problemas identificados durante las primeras tres etapas.
Borchers indica que en esta parte del proceso también se puede involucrar a la audiencia, mostrándoles cómo está quedando el producto, si se entiende, si podría mejorar, etc. Mostrar los avances del producto repercute positivamente en la relación del medio con su audiencia.
Etapa 5: probar las soluciones
Ahora, los diseñadores o evaluadores prueban rigurosamente el producto completo utilizando las mejores soluciones identificadas en la etapa de prototipado. Esta es la etapa final del modelo de cinco etapas. Sin embargo, en un proceso iterativo como el pensamiento de diseño, los resultados generados a menudo se usan para redefinir uno o más problemas adicionales.
“Hay que testear la publicación de la investigación y estar abierto a recibir comentarios y retroalimentación. Eso significa cambiar nuestra mentalidad de: ‘ya está publicado, ya está hecho’, a creer que el producto puede seguir mejorando con ayuda de la retroalimentación y quizás, sacar un segundo producto o segunda parte mejorada”, dijo Borchers.