El diario pasa por abajo de la puerta temprano, antes de que suene el despertador. Mientras el café se hace, el periódico gana el espacio de la mesa y comienza la lectura. Sin embargo, en tiempos de coronavirus, Luis se repite una pregunta en la cabeza: «¿El diario que me traen todos los días puede infectarnos?». Y la respuesta de los especialistas en contundente: no.
Claro que la afirmación también viene con esos recaudos que ya se incorporaron a la rutina en esta cuarentena, como son el lavado de manos y la desinfección de las superficies.
Los infectólogos consultados por Clarín coincidieron en recalcar que «el mecanismo de transmisión principal del coronavirus es por vía aérea, básicamente a través de la tos, el estornudo o al hablar con personas infectadas que eliminan el virus a una persona suceptible». Es decir, explica el médico Eduardo López (MN 37.586), «se elimina por gotas gruesas»
«Con respecto al papel impreso hay una serie de trabajos y recomendaciones, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud, que dicen que el papel impreso como diarios, propagandas y demás no contagian y no transmiten el coronavirus. En lo que respecta al papel de diario es categórico y se dice que no hay riesgo de que se contamine por largo tiempo y que contagie a las personas», explica uno de los ocho expertos que asesora al presidente Alberto Fernández desde el comienzo de la pandemia
López agrega que, por lo tanto, «la actual recomendación es que el diario se puede leer sin mayor problema lo mismo que recibir paquetes o sobres que también en el fondo son material impreso, no parece ser importante». «En la misma línea está la discusión de si el papel moneda, el billete, contagia. Aparentemente el riesgo es muy bajo y la mayoría de los bancos reconoce que no es una vía importante o crítica para la transmisión del virus COVID-19», agrega.
Tomás Orduna (MN 61.528) también forma parte del comité de médicos y científicos que asesora al Gobierno. Aunque no leyó algún paper que detalle la diferencia de papel como sí estudios que indican «cuánto tiempo sobrevive en la ropa, el plástico o el acero inoxidable, que puede ser de tres días», aconseja tomar los mismos recaudos que se tienen cuando se va al supermercado.
«Comprar un diario implica comprar una superficie en la cual potencialmente hay coronavirus como en todas las superficies, un paquete de azúcar o uno de yerba: no sé si alguien lo tocó, tosió o estornudó sobre ese envase entonces lo compro pero sigo con todas mis medidas de higiene», explica. Y enumera: «Voy al canillita con barbijo, me lavo las manos al volver a casa, lo ojeo durante una hora y media y cuando termino de leerlo lo descarto para reciclar. Me vuelvo a lavar y limpio la superficie de la mesa».
Reconoce que «es una practica que hoy cuesta» pero que «son tiempos en los que se debe ser más obsesivo». «Si uno mantiene estos pasos y lo compro, llego y desinfecto mis manos, pongo el diario arriba de una mesa, hago la lectura durante todo el tiempo necesario, descarto para reciclaje y limpio las superficies, no veo posibilidad de contagio. Es la única recomendación», desarrolla el Jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz.
Ricardo Teijeiro (MN 58.065), miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, concluye que «el lavado de manos es suficiente antes de tocarse la cara y lo puede tomar como una conducta».
«Si bien he leído evidencia del transporte del coronavirus a través del papel, no así en relación al papel de diario. La sugerencia, como cuando vas a comprar cualquier cosa y corres el riesgo, tiene que ser el lavado de manos después de tocar el diario y no tocarse la cara mientras se lo lee, porque son las manos las que van a llevar a la boca el papel del diario, no te acercas a la cara el papel de diario. ¿Cómo haríamos nosotros en el hospital, donde el papel es material de trabajo, como con cada historia clínica de un paciente? Por eso, la recomendación es que después de tocar cualquier papelería que pase de mano a mano se haga un lavado de manos y no se toque la cara. Es sentido común», subraya.
Las opiniones de los expertos se suman a lo que había advertido Omar Plaini, Secretario General del Sindicato de Canillitas: «Entiendo el temor pero el virus se puede posar en cualquier producto. El diario no transmite el virus».
Alberto lo sabe pero aún así toma todos los recaudos posibles en su puesto de Martín García y Piedras, en el barrio de Barracas. Con su barbijo casero, alcohol en gel y una solución a base de lavandina y agua este canillita desinfecta su lugar de trabajo pero reconoce que «a raíz de la noticia que sacó la televisión, clientes de toda la vida a los que les llevaba el diario se bajaron».
Entonces, como respuesta, decidió poner en cada diario la resolución de la OMS que desestima el contagio mediante el papel. «Igual las ventas cayeron porque muchos clientes mayores del barrio por miedo se bajaron», comparte.
Pese a la distancia, algo similar le ocurre a Gastón, en el puesto de Laprida y San Martín en Lomas de Zamora. «Se vende poco porque mucha gente grande no sale a buscar el diario», afirma, rodeado de su nuevo equipo de protección: barbijo, alcohol en gel y guantes.
Así como múltiples rutinas se vieron modificadas y ya no hay producto que llegue del mercado que no se desinfecte con soluciones acuosas a base de lavandina o alcohol, no hay evidencia científica para desterrar el hábito de leer el diario sino que debería ampliarse e incluir desde ahora el frecuente (y conciente) lavado de manos.
Fuente: Clarin