Adepa entrevistó a Ezequiel Mauro Spillman, autor de La otra hechicera, la biografía de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

¿Cómo surgió la idea de hacer la biografía de la gobernadora María Eugenia Vidal?

Por mi trabajo en el diario Perfil yo empecé cubriendo la Ciudad de Buenos Aires, y todos los temas de oposición de ese momento del macrismo. La conocí a María Eugenia Vidal cuando era Ministra de Desarrollo en el 2010. Vidal era totalmente distinta a la que conocemos ahora, con un perfil absolutamente  bajo, dedicada a la gestión y mucho menos a los temas políticos. Y era una absoluta desconocida. En ese momento por mi trabajo pude ver cómo fue ascendiendo en su carrera. Por ejemplo, primero cuando se hizo cargo de la toma del Parque Indoamericano, a fines del 2010; luego cuando fue elegida como candidata a vicejefa al año siguiente. Con lo cual cubrí su campaña, y también cubrí todo su proceso como vicejefa y como una de las principales voceras de la gestión.

Macri la elige para que sea una de las personas que hablaba todo el tiempo de la gestión en los primeros años, incluso en las crisis como las inundaciones o los cortes de luz, donde Vidal fue la vocera del Gobierno porteño. Luego cuando ella pasa a la Provincia de Buenos Aires también me toca seguir la campaña del PRO en la provincia y seguirla a ella, con lo cual seguí manteniendo un contacto bastante fluido. Hice la cobertura de toda su campaña 2014, 2015, hasta su triunfo como gobernadora. En ese contexto lo que me di cuenta fue que, a pesar de ser una mujer muy joven -42 años- se sabía muy poco de ella, de su vida íntima, prácticamente nada, porque se ocupó de mantenerla en reserva. Tampoco se sabía demasiado de su vida política. Me encontré con mis propios apuntes, con lo que yo ya venía trabajando, y me di cuenta que tenía un montón de información que ni siquiera había sido publicada en el diario. A partir de eso, y también con el conocimiento previo del “personaje” (Vidal me conoce a mi desde hace muchos años) se planteó la idea de hacer un libro. Un libro íntimo y político porque atraviesa todo el tiempo su vida, tanto la política o la gestión, como su vida personal. A partir de esa idea surgió contar lo que nunca se había contado.

 

¿Cómo fue el proceso de trabajo?

En lo que respecta al trabajo periodístico, a lo largo de los años tuve muchos off the record con ella. Era una de mis tantas fuentes. En el proceso del armado libro te diría que tuve una serie de encuentros con ella en off the record y después también en el libro hay una entrevista en on, que es una especie de “confesiones”, donde ella se refiere temas no coyunturales. Habla del aborto, la legalización de la marihuana, cuenta  a quiénes voto, habla de sus gustos, de quién es su héroe favorito. Tomé el cuestionario de Pivot, un poco reformulado por mí. Es una entrevista íntima. En el proceso hay un trabajo que tiene que ver con el back propio que tenía, de mis propios apuntes, de anotaciones que tenía sobre frases de Vidal en diversas ocasiones. Como te decía, había hablado con ellas varias veces justamente porque era la vocera de la gestión, y era una de las tantas personas que hablaba con los periodistas en época de crisis. Y en ese contexto te diría que después lo que hubo fue un tema con las fuentes, vinculado a los dirigentes políticos que rodearon a Vidal todos estos años. A ellos también los conocía, por ejemplo la actual Ministra de Desarrollo Social de la Nación (Carolina Stanley), y otros que están en el gobierno nacional o en el provincial.

El acceso a fuentes no digo que fue fácil, pero fue más sencillo que en otros casos o para quienes no cubrían ese sector. Y después lo que sí hubo, que tiene que ver con un rasgo distintivo, no sólo el acceso a las fuentes por mis ocho años de cobertura y seis que conocía a Vidal, sino que pude ingresar en su círculo íntimo. Me refiero a no más de 15 personas que casi nunca hablan con periodistas, y dudo que hablen en el futuro. Son sus amigos más íntimos, su entorno familiar, a los cuales tuve acceso. Este trabajo periodístico marco algo distinto en el libro, y creo que se marca mucho en todos los capítulos que tienen que ver con su vida íntima, desde su separación hasta su infancia, pasando por el Secundario o como lo conoció a su marido. Con lo cual el trabajo ahí demando aproximadamente 5 meses entre escritura, entrevistas y producción.

Quiero aclarar que trabajé con dos productoras periodísticas: Gisella Nicosi y María Fernanda Mendi.

¿Cuáles son las principales características de la carrera política de Vidal?

Creo que hoy es una gobernadora que se ha empoderado muy rápidamente. Si bien fue un crecimiento paulatino. Ella primero arranca en el macrismo como una funcionaria de la ciudad, como ministra de Desarrollo Social, de la mano de Horacio Rodríguez Larreta y también de Macri. Durante los primeros años como ministra, con su bajo perfil, siempre se relacionó dentro del ambiente con Horacio. A partir del 2011 que Mauricio la hace vicejefa, ahí empezó a relacionarse más con él. Pero siempre en roles secundarios. Creo que desde que ella asume como gobernadora tiene un poder distinto. Empieza a utilizar ese poder de una forma distinta. Veo una Vidal mucho más fuerte hoy en día y menos dependiente de terceros. En ese sentido veo un cambio. Veo una mujer mucho más desarrollada en términos de poder. Cómo maneja su gabinete: es una mujer sumamente obsesiva con los temas de gestión, arma reuniones con sus funcionarios y sus equipos de funcionarios en las cuales son mesas de 20 personas donde les pregunta a cada uno sobre temas de gestión. Esto lo hace de manera cotidiana. Está muy atrás de los temas, de la escuela de Horacio. Pero hoy la veo mucho más como jefa que nunca.

 

¿A qué se debe el nombre del libro? ¿Por qué Vidal es “la otra hechicera”?

Es un juego provocador. La primera hechicera es Juliana Awada, como dice Macri cuando se casan y habla de la “negrita hechicera”. Se me ocurrió pensar a Vidal fue como una mujer determinante para Macri para que llegue a presidente, después de Awada. Obviamente también para el triunfo de cambiemos en la provincia y a nivel nacional. Es decir, yo creo que sin el triunfo de Vidal en la provincia de Buenos Aires, hubiese sido mucho más difícil pensar en que Macri ganara el ballotage y llegara a la Casa Rosada. Fue la otra persona, la otra mujer clave, para que Macri hoy sea presidente.

En 2014 era una absoluta desconocida. Es más, cuando iba a los mano a mano, timbreos, los que la conocían en la primera sección electoral, los municipios más cercanos a la Capital, decían «es la chica de Macri». La conocían por la Ciudad. Pero hasta ahí. No era nada conocida en la tercera sección. No era conocida en Lanús, en La Matanza. Ella se presentaba sola como candidata “Hola, soy la candidata del PRO en la provincia de Buenos Aires”, les decía a los vecinos. Hubo un crecimiento claro, en términos de imagen, yo te diría en el 2015 y avanzado el mismo año (cuando se define su candidatura). No fue una candidatura en sí misma, sino que fue un medio para. Un medio para tener a alguien en la provincia, para que no se frene el crecimiento de Macri en la provincia, para cerrar un acuerdo con otras fuerzas como Massa, para ir a una interna con otros candidatos. Nunca fue concebida como una candidatura en si misma hasta pasado el 2015. Cuando la candidatura 2015 empieza a avanzar, y empieza a crecer todo el espacio Cambiemos, la figura de Vidal ahí sí emerge como una figura fuerte en campaña. De hecho, era la única candidata mujer. La única fuerte, salvo Stolbizer, pero ella estaba como candidata a la presidencia.

 

¿A qué otros factores se le pueden adjudicar su triunfo?

Creo que en la provincia de Buenos Aires, específicamente, se dieron una combinación de factores. Ella habla mucho de que fue una emergente, en el sentido de que la provincia estaba muy deteriorada, de que había una situación de hartazgo con relación a lo que Jaime Durán Barba llama “la vieja política”. Por el otro lado también entre las primarias y las generales de octubre, se da una suerte de contrafigura con Aníbal Fernández. Lo que aparecía en las encuestas como “Caperucita y el lobo”. Ese contraste colaboró mucho para su victoria. También creo que fue una muy buena campaña. Vidal es muy buena comunicando. Es una buena comunicadora, por eso fue la vocera de la gestión por cuatro años. Creo que esto impactó muy bien en la gente y pegó muy bien en una parte del electorado que históricamente votaba al peronismo.

 

¿Qué diferencias hay con el acceso a la información y a las fuentes gubernamentales en comparación con el gobierno anterior?

Yo creo que con este gobierno el periodismo de investigación va a ser mucho más sencillo. Mucho. El acceso a las fuentes, independientemente de que ya venía cubriendo gran parte del macrismo, es hoy absolutamente distinto. En la época del kirchnerismo hablar con un ministro era una cosa extraña, y más si trabajabas en un medio que consideraban opositor. Ni hablar de Perfil. Hoy, hablar con un ministro es relativamente sencillo, incluso para quienes no son del espacio. Me encuentro con colegas que quizás no venían siguiendo estos temas, pero los voceros los atienden sin problema.  El acceso a la información también es bastante más sencillo. No sólo porque el macrismo desarrolló ahí toda una política bastante interesante vinculada a la publicación en medios digitales, en páginas de internet, desde pliegos hasta licitaciones, sino por esto del acceso a las fuentes.

En general Cambiemos, no solo el macrismo, sino también el radicalismo o la Coalición Cívica, no tienen esa idea paranoica que tenía el kirchnerismo respecto a los medios. Creo que no nos  ven como el enemigo. Esa diferencia gigantesca hace que uno pueda tener mucho más acceso a la información y a las fuentes de alta jerarquía. En la Provincia y en la Ciudad también hay un acceso mucho más lógico y racional.