El CEO de Perfil analiza los desafíos del periodismo en la era digital. Se muestra escéptico respecto de la posibilidad de que la publicidad digital permita afrontar el costo de mantenimiento de las redacciones. También habla del rol clave de la vocación en las empresas periodísticas en el contexto actual, del cambio en los hábitos de consumo de los lectores, del mercado brasileño y de la estrategia de su diario.

“Pensar que todos los productos de papel son iguales puede ser parte del comienzo del error o de la sorpresa. Podría decirse que los diarios y los libros están en los extremos y las revistas en el medio. Los libros en papel se venden cada vez más. En los Estados Unidos, las revistas en papel dejaron de caer en sus ventas hace ya varios años. O sea, no sufren la misma merma de circulación que afecta a los diarios.

De hecho, hay revistas que incrementaron su venta, también, gracias a Internet. No es verdad, al menos en revistas, que una exitosa operación de internet canibalice al papel. La velocidad que tiene Internet es atractiva para contenidos más urgentes, que son los de los diarios, versus los de las revistas. Al mismo tiempo, es más incómodo leer en internet artículos largos, y más cómodo leer artículos cortos. La revista, por su prefijo ‘re’, ‘revisión’, tiene más artículos largos que cortos. Entonces no es igual, sino distinta, la relación papel-internet en diarios que en revistas”. El análisis lo hace Jorge Fontevecchia, periodista y empresario de medios con una sólida trayectoria.

Bajo su órbita está el diario Perfil, que se publica los fines de semana, como también Noticias y Caras, dos de la docena y media de revistas que edita en la Argentina junto a otras tantas en Brasil, además de franquicias de esas marcas en varios países. Para el año próximo tiene proyectos en televisión y radio.

La charla tiene lugar en su oficina, que está dentro del moderno e impactante edificio que estrenaron recientemente en una manzana que parece ser el eje de esa parte del barrio porteño de Barracas. En su oficina, donde recibe a ADEPA, sobresale una biblioteca envidiable: 4.000 libros, cuenta Fontevecchia.

El diario Perfil apostó a salir sólo los fines de semana. Hace poco siguió un camino similar La Nueva, de Bahía Blanca. ¿Por qué decidió arrancar con esa frecuencia?

Este año, en el congreso anual de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) en Cartagena, hablé del tema. En uno de esos congresos, varios años antes, el entonces director de El País, de España, Juan Luis Cebrián, había dicho que los diarios eran como los supermercados: pierden plata de lunes a jueves y ganan los fines de semana. Eso disparó una idea que teníamos tiempo antes: que los lectores ya habían elegido leer diarios los fines de semana. Entonces no es una decisión de los editores sino de los lectores. Hoy hace décadas que los diarios salen los fines de semana. Porque la mitad de la población mundial compra diarios sólo los fines de semana, que en promedio se venden el doble que de lunes a viernes. El consumo del papel, y vuelvo a libros, diarios, todo junto, está directamente relacionado con el tiempo libre.

¿Entonces?

Las personas leen libros en vacaciones: cuando hay tiempo libre tienden a leer textos más largos. Cuando hay poco tiempo, tienden a informarse con contenidos más breves. Hay una relación entre el consumo de lectura y el tiempo disponible que se produce el fin de semana. Esta tendencia se muestra inversa en los medios audiovisuales y digitales: las radios, la televisión e Internet tienen menos niveles de audiencia o visitas los fines de semana. La idea surge de una sociedad que indica que en su mayoría quiere diarios sólo los sábados y domingos e informarse con medios que les proporcionen contenidos más cortos, de lunes a viernes.

 

REDACCIONES, PUBLICIDAD E INVERSIONES

Si la tendencia indica que lo digital cada vez más ganará espacio, ¿qué rol tendrá la publicidad?

La publicidad online hoy no es viable. Tampoco creo que la publicidad sola sostenga redacciones que hagan contenidos en alta escala. Hoy las redacciones online están subvencionadas por las de papel. Del total de la venta de publicidad, entre el 90 y el 80 % es para el papel y el 10 o el 20 para el digital. Eso no permite pagar redacciones digitales que, repito, son pagadas por las de papel.

¿Cambiará eso?

No creo que en los próximos años el crecimiento de la publicidad en Internet permita pagar las redacciones. Por eso se ensaya el modelo de pago, para que el negocio tenga, como el papel, dos patas: la de la publicidad y la del lector que paga. Porque la publicidad no paga redacciones caras y complejas. A lo sumo, redacciones que produzcan informaciones de tránsito y otros temas de agenda. Pero no aquellas que cuenten con columnistas importantes o periodistas de investigación. Parece poco probable. En parte porque la publicidad está bajando el CPM, dado que empresas tecnológicas como Google, Youtube y Facebook, que no tienen que gastar en producción de contenidos, consiguen audiencias sin costo y pueden vender la publicidad mucho más barata que los medios que producen contenidos y deben invertir dinero para conseguir su audiencia. En consecuencia, los que producimos contenidos debemos bajar los costos de la publicidad. Podemos argumentar que la calidad de lo que hacemos es mejor, pero si alguien vende más barato tira ese precio hacia abajo para todo el mercado.

¿Cómo ve a la sociedad argentina en cuanto al pago de contenido online?

No la veo predispuesta. De todos modos, nadie sabe cómo seguirá esto. Hoy no es una solución que la audiencia del papel pase a internet y cambiemos el contenido: no hay un traspaso directo de una cosa a otra. Por cada 10 dólares que se pierden de publicidad en medios tradicionales, como radio, televisión, cable y demás plataformas que no sean digitales, se gana uno en Internet. Además, el 70% de la publicidad mundial en Internet está concentrada en Google y Facebook. Entonces, no hay una salida exclusivamente focalizada en el modelo web. No es la solución cerrar lo otro y hacer sólo Internet.

Desde su posición de empresario y editor, ¿cómo enfrenta este futuro incierto?

Al futuro lo enfrento vocacionalmente. Si hay alguien que decidió ser periodista o editor para ser rico, para maximizar su beneficio económico, dejará de hacerlo. Ahora, el que decidió serlo porque le parece la mejor función del mundo, se acomodará al marco económico y seguirá adelante. En mi caso, creo que tengo el mejor trabajo de la Argentina y seguiré haciéndolo con la cantidad de recursos que el mercado me brinde. Trataré de adaptarme a las condiciones que se produzcan. Sin melancolía, sabiendo que quien hace periodismo tiene enormes privilegios, enormes ventajas que otras profesiones más rentables no brindan. Entonces, una relación entre salario real y salario moral, a quien tiene vocación le seguirá resultando positiva; y quien no tenga vocación, se dedicará a otra cosa más rentable.

¿En qué sustenta la pasión por su trabajo?

En el conocimiento, que es algo que no se agota nunca. Es imposible conocer todo. En la medida que abrís las puertas de conocimiento, se abren más puertas. Cuanto más libros leés, más querés seguir leyendo. Cada vez tengo más curiosidad porque cada vez soy más consciente de cuánto ignoro; más descubro lo fascinante y lo enorme que hay por conocer. No es que uno se llena de conocimiento. Es como una gimnasia: cuanto más se da, más se tiene.

Veo que ahí arriba hay una biblioteca enorme. ¿Qué lee?

Leo dos libros por semana. No leo ficción sino ensayos, libros académicos. En mis columnas cito continuamente mis lecturas: sociología esencialmente, semiótica, filosofía, economía y medios.

 

BRASIL Y EL FUTURO

Caras también se edita en Brasil. ¿Qué diferencias hay entre ese mercado y el argentino?

En el caso de Caras, Brasil, en términos de circulación de ejemplares en revistas, es diez veces la Argentina. En cuanto a la circulación de diarios, es entre cinco y seis veces la Argentina. Y en publicidad es veinte veces la Argentina. Para Perfil, la crisis de Brasil es tremenda, porque Perfil es una empresa más grande allá que en la Argentina. Entonces sufrimos la crisis brasileña enormemente. De cualquier forma, y aun con crisis, es un país y un mercado infinitamente más grande que el nuestro. En términos comparativos, Brasil era la séptima economía del planeta, quería ser la sexta y ahora es la octava. De cualquier forma, es un mercado gigantesco. Soy optimista en cuanto a que se va a recuperar. Volverá a ser para Perfil un traccionador enorme. Hoy no lo es. Y no lo es desde hace un año y medio. Suponemos que es una recesión que, como toda recesión, llevará uno, dos o cuatro años. Pero hay que atravesarla.

¿Qué proyectos tiene?

Ganamos dos licencias de televisión y adquirimos una radio. Imaginamos que en 2017 daremos nuestros primeros pasos audiovisual. Coincidirá, imaginamos, con un momento de mejora de la economía y de la publicidad, que hoy es muy mala. Tal vez el año próximo estemos dando esos nuevos pasos. Espero que sean contemporáneos con la recuperación de la economía argentina, que también está en crisis, como la brasileña. Mi sensación es que ambos países se recuperarán juntos, porque tienen lógicas similares: grandes territorios, ubicación geopolítica en el hemisferio sur y los dos padecen la misma problemática, que es cíclica. Hoy las economías tienen más años de crecimiento que de recesión: cinco, siete u ocho de crecimiento y dos o tres de recesión. Esa viene siendo una especie de estacionalidad que hace que haya que cruzar los momentos negativos apelando a los fondos de reserva que uno haya tenido y aprovechar los períodos de crecimiento para concretar los proyectos. Así que estamos a la espera de que comience el nuevo ciclo.

 

Perfil: Jorge Fontevecchia fundó decenas de publicaciones y dirigió las revistas La Semana, Noticias, Caras y el diario Perfil. Recibió el Premio Moors Cabot y el Konex a la dirección periodística, entre otras distinciones. Tiene una maestría en Estudios de la subjetividad de la UBA. Es CEO de Editorial Perfil y miembro de la Academia Nacional de Periodismo.

Entrevista realizada por Alejandro Duchini y publicada en “TENDENCIAS – INNOVACIÓN 2017″