Según un estudio reciente, los diarios ingleses son más leídos en papel que en dispositivos electrónicos.

Neil Thurman, profesor de la Universidad de Londres especializado en el proceso de transformación de los medios, afirma que casi el 90% del tiempo de lectura destinado a los principales diarios ingleses se destina al papel contra un 10% dedicado a dispositivos electrónicos. Esta aseveración, que choca contra las ideas instaladas en el imaginario de editores, anunciantes y lectores, surgen de su estudio «Newspapers consumption in the mobile Age», publicado recientemente en Journalism studies (Taylor & Francis).

El estudio cuestiona la forma en que en general se suele evaluar el impacto y el alcance de los distintos soportes. Las distorsiones provienen, según Thurman, de un análisis liviano de las métricas, como también de la falta de homogeneidad de las mismas. Las decenas de millones de visitas únicas mensuales de los grandes diarios, la unidad de medida más empleada, opacan a los cientos de miles de ejemplares que diariamente venden esos medios.

Thurman analizó los datos correspondientes a 11 diarios de alcance nacional (Daily Mail, The Sun, The Daily Telegraph, Daily Mirror, The Times, The Guardian, Daily Express, Daily Star, Daily Record, The Herald y The Scotsman) durante 12 meses (de abril de 2015 a marzo del año pasado). Son datos surgidos de la Audit Bureau of Circulation (el IVC inglés), comScore (a traves de MMX y Mobile Metric, con un sistema de paneles de 72.000 y 5.000 personas respectivamente) y la British National Readership Survey (la encuesta de lectura más seria del Reino Unido).

El estudio pone el foco en el tiempo dedicado a la lectura de los contenidos generados por los medios en los distintos soportes. Los resultados arrojan que el 88,5% de los minutos dedicados a esa actividad corresponden al papel. Esto ocurre por las diferencias en los niveles de engagement que surgen de la conjugación de datos. Los diarios británicos retienen a sus lectores un promedio de 30 segundos en sus computadoras o celulares, contra 40 minutos en la edición impresa.

Esta distribución de tiempo (90-10) está en línea con la distribución de ingresos que genera cada soporte a las empresas periodísticas. A pesar de las caídas de circulación, el estudio marcaría que la inversión y el foco que los diarios han dedicado en los últimos años al área digital no es proporcional a los niveles de atracción que generan los nuevos canales respecto de los tradicionales.

El visitante promedio de Theguardian.com, por ejemplo, dedica 68 segundos diarios a la lectura de materiales de esa edición online. El lector promedio de la edición impresa, 39 minutos por jornada. El consumo total de contenidos de The Guardian suma unos 20 billones de minutos de lectura al año. Pero unos 18 corresponden al papel, alrededor de 1,5 a los celulares y casi un tercio de esta última cifra a las computadoras personales.

Thurman admite que puede haber una sobrestimación en la encuesta británica de lectura, cuyos datos surgen de la pregunta «¿Cuánto tiempo dedica usted usualmente, y en total a lo largo del día, a la lectura de alguna sección del diario?». Pero, aunque así fuera y los porcentajes fueren menores (por ejemplo, en un 50%), la edición impresión seguiría acaparando mayor tiempo (y calidad) de atención. Esto nos lleva, apunta Thurman, a modificar las métricas habituales por otras más realistas que contemplen el engagement.

El autor cita a Iris Chyi, profesora de la Universidad de Texas especializada en periodismo digital, quien sostiene que los diarios están «atrapados entre un experimento fallido en internet y un mercado que se hunde para el impreso», poniendo un mayor énfasis en la tecnología de la distribución que en la calidad del contenido.

La versión en pdf del estudio puede descargarse en este link.