En conversación con Adepa, Pablo Morosi, autor del libro “Genealogía de una Tragedia. Inundación de La Plata, 2 de abril de 2013”, hizo referencia a las revelaciones de su investigación sobre la trágica inundación que hace cinco años se llevó la vida de 89 personas. El periodista platense, coautor del libro con Pablo Romanazzi, dijo que era conocida desde hace mucho tiempo la “vulnerabilidad hídrica” de la capital bonaerense, y que en lugar del diseño de un plan maestro integral de desagües, se fueron “haciendo parches que en ocasiones empeoraron la situación”.
¿Cómo fue el proceso de investigación para escribir el libro sobre la trágica inundación de 2013 en La Plata?
El origen de la investigación surgió a partir de pensar que semejante catástrofe no pudo haberse generado de un día para el otro por una lluvia extraordinaria. Tuvieron que incidir otras variables vinculadas con la historia de la ciudad. Así que, por un lado rastreamos los debates legislativos y las decisiones gubernamentales que llevaron a definir el lugar de emplazamiento para la capital bonaerense y luego, un registro de lluvias que desde principios del siglo pasado hasta hoy lleva el Observatorio de la Universidad de La Plata.
De esa base separamos unos 20 eventos de lluvias superiores a los cien milímetros y con el dato del día de cada tormenta fuimos a ver qué decían los diarios de la época sobre aquellos episodios y fue muy impactante encontrarnos con crónicas muy parecidas a las de 2013 con gente subida a los techos y sin logística, equipamiento adecuado ni operativos de rescate.
Luego repasamos las medidas que tomaron los diferentes gobiernos a lo largo de la historia y observamos cómo se fue gestando la distorsión en el diseño original de la ciudad a partir de la ausencia de planes de desarrollo urbano. Finalmente analizamos las lluvias de los últimos años y recogimos testimonios de distintos actores involucrados en la problemática, desde vecinos a funcionarios y especialistas.
¿Cuál es el estado de la causa judicial? ¿Cuáles son las principales revelaciones del libro y qué elementos aporta a la causa?
La causa penal no consiguió determinar responsabilidad política alguna. La pesquisa se orientó a segundas y terceras líneas y de hecho se elevó a juicio la acusación que recayó sobre dos funcionarios de Defensa Civil.
Lo que demuestra el libro es que la vulnerabilidad hídrica de La Plata era un diagnóstico conocido por los gobernantes casi desde siempre, pero nunca se asumió y el diseño de un plan maestro integral de desagües nunca se concretó.
Por el contrario se fueron haciendo parches que en ocasiones empeoraron la situación. El trabajo deja asentado que lo ocurrido no fue solo una lluvia extraordinaria sino que se combinó con una ineficacia manifiesta de las autoridades.
Pienso que son elementos relevantes para tener en cuenta pero la Justicia fue para otro lado.
¿Qué valor agrega a la investigación periodística el trabajo en conjunto con Pablo Romanazzi?
Fue una experiencia muy provechosa. En la combinación de la mirada técnica del experto con la del periodista pudimos encontrar una buena síntesis. La claridad y facilidad para generar directrices en la investigación sirvió para ordenar el caos con el que solemos trabajar los periodistas. Por mi lado pude aportar en la forma de estructurar un relato que saliera del tono científico y dialogará con la crónica.
¿A qué hace referencia la palabra “genealogía” en el título?
Se refiere al origen del problema; de dónde viene. A medida que avanzábamos en el trabajo nos fuimos dando cuenta que se iban citando los nombres de todos los funcionarios y legisladores que tomaron decisiones u omitieron hacerlo. Al fin y al cabo una ciudad es una gran familia donde todo se conecta y así el libro va mostrando esas relaciones como en un árbol genealógico.
¿Qué impacto tiene hoy la publicación, a cinco años de la trágica inundación de La Plata?
El principal mensaje del libro es que tenemos que asumir que la ciudad es inundable. Tiene un alto grado de vulnerabilidad hídrica. El altísimo costo de las muertes debe abrir paso a una nueva ciudad, adaptada a su realidad y más integrada. Ya no hay espacio para la especulación o la indiferencia y esto vale para los funcionarios pero también para la ciudadanía que tiene que comprometerse y contribuir a los cambios.
¿Tiene alguna motivación personal este trabajo periodístico?
Simplemente el compromiso de trabajar con temas relevantes, centrales, que sirvan a la comunidad -en la que además vivo- a mejorar o resolver sus problemas. He tenido amigos y conocidos que han sufrido mucho aquel temporal pero creo que lo principal es aportar información para que todos entendamos lo ocurrido, tomar conciencia; podamos superarlo y evitar que se repita.
Pablo Morosi se graduó como periodista y licenciado en Comunicación Social en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Trabajó en distintos medios platenses y presidió la cooperativa de trabajo de periodistas El Atajo. Fue durante quince años corresponsal en esa ciudad del diario La Nación y colaboró en otros medios, como los diarios Página/12, Hoy y Perfil y las revistas Crisis y La Pulseada.
También es autor de ¿Dónde está Miguel?; El caso Bru; Un desaparecido en democracia (Marea, 2013) y, junto con Miguel Braillard, de Juniors, La historia silenciada de la primera masacre escolar de Latinoamérica (Letras del Sur, 2014). Es docente en periodismo en las universidades de La Plata y Quilmes.