En el marco de la 175º Junta de Directores, Adepa organizó un ciclo de charlas virtuales. Una de ellas tuvo como orador a David Abkiewicz, quien participó en la elaboración del código australiano que obliga a los gigantes tecnológicos, especialmente Google y Facebook, a pagarles a las empresas periodísticas por difundir sus noticias. Durante su exposición, el panelista marcó cómo se impulsó la iniciativa, cuáles son sus principales objetivos y qué resultados se obtuvieron hasta el momento. 

Como parte de las actividades virtuales por la 175° Junta de Directores de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), David Abkiewicz, director de la división de plataformas digitales de la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC, por sus siglas en inglés), expuso en un panel sobre cómo se reglamentó en Australia la ley para que las plataformas tecnológicas -especialmente Facebook y Google- les paguen a los medios de comunicación por difundir sus contenidos de noticias. 

La charla titulada “El valor de los contenidos en Internet: lecciones del modelo australiano” fue moderada por Diego Garazzi, presidente de la Comisión de Propiedad Intelectual de Adepa, el miércoles 28 de abril.

“En el mundo hay tres ejes fundamentales a través de los cuales los países y los grupos de medios están trabajando para lograr una valoración correcta y justa del contenido que producen los medios y que las plataformas tecnológicas difunden y aprovechan. Un eje es el judicial, enmarcado en leyes de Derechos de autor y la Defensa de la Competencia. El segundo, la nueva legislación sobre Derechos de Autor. Y el último, la negociación privada, en la que los medios y las plataformas entablan una negociación para alcanzar ese precio que consideren eventualmente justo o inicialmente aceptables”, introdujo Garazzi. 

Presentación de Diego Garazzi.

La norma australiana fue aprobada el 25 de febrero por el Parlamento y puesta en vigencia el 2 marzo pasado. Durante su exposición, Abkiewicz contó cómo trabajaron desde el organismo gubernamental que representa para documentar y crear la evidencia que sentara las bases de la necesidad de reglamentar la negociación para el uso de los contenidos noticiosos entre medios y plataformas. Después, hizo hincapié en los objetivos del código e identificó sus principales características. 

Los hallazgos de la investigación que impulsaron el desarrollo de una legislación

En diciembre de 2017 y durante 18 meses, la Comisión Australiana de Competencia y Consumo realizó una investigación sobre plataformas digitales con un enfoque en los problemas que afectaban a los medios de comunicación. El informe final se publicó en julio de 2019. 

Cuatro hallazgos que se desprenden de ese reporte derivaron en un pedido del Gobierno de Australia a la ACCC para que desarrollara un proyecto que en febrero pasado el Parlamento australiano aprobó como el “Código de negociación obligatorio para los medios de comunicación y las plataformas digitales”. 

Presentación de David Abkiewicz.

“Facebook y Google eran líderes y eran parte de la vida cotidiana de los australianos. El motor de búsqueda es utilizado por 19 millones de personas y la población de Australia es de 24 millones de personas”, dimensionó Abkiewicz. 

El invitado contó que notaron desequilibrios en los ingresos publicitarios a favor de las plataformas. “Estas plataformas digitales han absorbido muchos de los ingresos por publicidad de los medios de Australia. Esa publicidad solía ser para apoyar el periodismo, tanto impreso como online”, marcó. 

La falta de financiamiento provocó cierres de titulares y una disminución de las ediciones impresas. Esto desencadenó, al mismo tiempo, una baja en la cobertura local, metropolitana y en áreas regionales. “Geográficamente Australia es muy grande, pero es muy diversa la población. Nos dimos cuenta que la cobertura de los temas locales, particularmente en áreas regionales, estaba bajando. Esto es una gran preocupación, dado que la cobertura local es muy importante para hacer a los gobiernos responsables de sus acciones y para la toma de decisiones a nivel local”, indicó. 

El otro hallazgo de la investigación es que Facebook y Google “son inevitables asociados de cualquier tipo de comercialización”. “Para alcanzar audiencia online, hay que estar en Google y Facebook. Eso hace que estos dos servicios sean muy importante para las operaciones de los negocios de los medios australianos”, planteó Abkiewicz. 

Sin embargo, a diferencia de lo que les ocurre a los medios, Facebook y Google sí tienen beneficios de estos servicios. “Esto da lugar a un poder desequilibrado por parte de Google y Facebook cuando tienen que negociar”, explicó el panelista. 

Frente a esas evidencias, desde la ACCC recomendaron al gobierno instituir un código para abordar los desequilibrios de poder entre las empresas de medios australianas y Google y Facebook. “Contar con códigos para regular la competencia es bastante común en Australia”, señaló Abkiewicz.

Primeramente, el gobierno les pidió trabajar en un código voluntario que contemple una negociación equilibrada entre ambas partes. Pero cuando a principios de 2020 se agudizó la baja de ingresos por publicidad por la crisis económica provocada por la llegada de la pandemia de coronavirus, la sustentabilidad de las empresas periodísticas se volvió “muy difícil”. Finalmente las autoridades gubernamentales le encargó en abril al ACCC “acelerar el proceso y generar un código obligatorio”. 

Para la creación de la norma, la comisión australiana trabajó con otros departamentos del gobierno, como el Ministerio de Hacienda y el Departamento de Comunicación. 

Objetivos del código australiano: el arbitraje, una figura clave 

Abkiewicz destacó que la ley en cuestión no es una transferencia directa de recursos. “Es un mecanismo basado en el mercado que alienta alienta acuerdos comerciales de buena fe entre plataformas digitales y empresas de noticias para resolver las disputas pendientes sobre la remuneración por el uso de los contenidos de noticias”, subrayó. 

La ley pretende proporcionar un marco para las negociaciones que sean voluntarias en primera instancia. “Los medios tienen que decidir hacerlo de manera voluntaria o pasar a nivel obligatorio”, remarcó Abkiewicz. 

Si esa negociación no da como resultado un acuerdo exitoso en dos meses, se pasa a mediación. Y si ésta no resuelve el problema, hay un mecanismo de arbitraje, que podría decidir el precio final que las plataformas tendrían que pagar a los publishers.

“El regulador de medios que es independiente del gobierno va a ser quien haga el arbitraje. Cada parte deberá presentar la mejor oferta y el panel de árbitros aceptará una u otra, no podrá poner un precio en el medio. El objetivo es asegurarse que las partes presenten la oferta más razonable”, indicó Abkiewicz. 

El funcionario afirmó que este mecanismo “intenta asustar”. “Ninguna de las partes querrá ir a un arbitraje de oferta final. Es una manera de motivarlos a llegar a un acuerdo”, resaltó. 

Otro punto relevante del código es que si una plataforma designada tiene previsto hacer grandes cambios en sus algoritmos, deberá notificar por adelantado qué cambiará y qué día sucederá. 

Video: destacado del encuentro.

Por otra parte, las empresas de noticias pueden solicitar ser registradas bajo la legislación. Únicamente serán reconocidas como medio de comunicación si cumplen cuatro criterios: tiene que haber un umbral de ingresos anuales mínimo (150 mil dólares australianos por año) para poder ser considerados productores de noticias profesionales; cumplir con estándares profesionales de periodismo, que incluye responsabilidad y mecanismo de disputa para arbitrar disputas con los lectores; contar con un público mayoritariamente australiano; y el tipo de contenido de noticias debe calificar como “periodismo de interés público o de interés general». Básicamente, tendrían que abordar temas políticos o culturales relevantes importantes para la toma de decisiones a nivel democrático. 

En caso de incumplimientos, el código también incluye sanciones para los gigantes tecnológicos: “Acarrean una sanción máxima que equivale al 10 % de los ingresos australianos anuales en caso de incumplimientos. En tanto, figuran otras disposiciones que conllevan sanciones más bajas, como evitar que una plataforma saque todos los contenidos locales y se enfoque solamente en los internacionales para evitar el código. Eso sería la no diferenciación”, ahondó Abkiewicz.

Por último, el invitado enfatizó que la ley tiene como propósito “garantizar que las plataformas digitales contribuyan a la sostenibilidad del periodismo”. “La sustentabilidad es la razón principal por la cual el gobierno de Australia se involucra. El interés periodístico es crucial para el funcionamiento de la democracia, por eso sintió que era importante intervenir para evitar este desequilibrio de poder”, argumentó Abkiewicz. 

Las primeras acciones tras la puesta en vigencia de la ley

Abkiewicz confirmó que ni Google ni Facebook han sido designados todavía como plataforma por el Ministerio de Hacienda. “El código está siendo revisado y el ministerio va a considerar si es apropiado nombrarlos para las negociaciones”, deslizó el panelista. 

Google, por su parte, apuró las negociaciones con los tres principales grupos de medios australianos, que son News Corp, Nine Entertainment y Seven West, Media, tal como informó Garazzi. 

Diego Garazzi y David Abkiewickz.

En relación al impacto de la normativa, Abkiewicz contó que después de la aprobación de la ley se produjeron “muchos acuerdos voluntarios con medios que valen decenas de millones de dólares por año” y que “contribuyen” a la sustentabilidad de las empresas periodísticas. 

Distinguió que recientemente consideraron “la aprobación de la negociación electiva por un grupo regional de medios”. “Esperamos que eso dé como resultado más acuerdos comerciales voluntarios en los próximos meses en Australia”, cerró Abkiewicz. 

Accedé a la presentación de David Abkiewicz en PDF.

Accedé a la presentación de Diego Garazzi en PDF.

Video: El valor de los contenidos en internet: lecciones del modelo australiano.

Informe: Agustina Heb.