Hermenegildo Sábat, dibujante uruguayo y residente argentino desde hace ya 50 años, acaba de publicar su nuevo libro Rebelde ileso. La obra, a modo de autobiografía, consta de varios de sus cuadros y algunas fotografías sobre su vida. Sus anteriores libros fueron “Pesimista militante”, “Que no se entere Piazzolla”, “El pájaro murió de risa”, “Anónimo transparente”, “Siguen las firmas”, entre otros.

“Se me presentó la oportunidad de hacerlo y lo hice. Además es una suerte de autobiografía con mis cuadros y al final con las fotografías de parte de mi vida”, refiere Sábat sobre su nuevo libro Rebelde ileso. Asegura que el título es simplemente literario y que no hubo un criterio para elegir las obras expuestas. “Puse lo que correspondía según la evolución de las cosas», explica.

Hace más de 25 años que las caricaturas de Sábat son publicadas en diario Clarín y se han convertido en un emblema del periodismo político crítico. La controversia de sus obras con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha provocado la reacción de la entonces presidenta y ha llegado incluso a instancias judiciales.

Por ejemplo, en el año 2008, durante el conflicto por la resolución de 125, que enfrentó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con las entidades representativas del sector agropecuario, Sábat plasmó en Clarín una caricatura de Cristina con la boca vendada. La entonces presidente, en un discurso en Plaza de Mayo, se refirió de manera agraviante al dibujante y tildó la caricatura de “mensaje cuasi mafioso”.

Pero ni las palabras de la mandataria ni las críticas le impidieron al Sábat que siga publicando su arte con el irónico tono que lo caracteriza desde hace medio siglo. En 2012, luego del “7D”, en el que una cámara falló a favor del Grupo Clarín por la ley de medios, Sábat decidió dibujar a Cristina con un ojo morado por el “golpe judicial” que había sufrido. Esa vez, la entonces diputada Gabriela Cerruti lo denunció en la justicia porque a su entender la caricatura era “misógina y sexista”.

Un último ejemplo y con más actualidad, es el que ilustró, en enero de 2015, al ex fiscal Alberto Nisman con un tiro y sangre en la frente, como si otro hubiese disparado. Polémico desde el momento en que fue publicado, hasta el día de hoy, en que el caso continúa sin resoluciones judiciales firmes respecto de la autoría del ex fiscal de la causa AMIA, y quien había denunciado al gobierno de Cristina Fernández por encubrir el atentado.

El histórico dibujante de Clarín fue distinguido con varios premios como: Personalidad Emérita de la Cultura Argentina (Secretaría de Cultura de la Nación 1997), el María Moors Cabot Award (Periodismo, Columbia University, New York 1988), el premio Nacional Pedro Figari de Pintura (Montevideo 1997) y el premio Homenaje de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez (2005).

Sus trabajos también fueron publicados en medios importantes como The New York Times, L’Express, American Heritage, Punch, O’Globo, entre otros.