El archivo no solo permite a los periodistas acceder al contenido producido en el pasado, sino que también ofrece la oportunidad de resurgir y monetizar el contenido.

Cuando pensamos en archivos, probablemente lo primero que se nos viene a la mente es un sótano con cuartos cubiertos de polvo, grandes cantidades de material sin clasificar y registros financieros de los 60’ que deberían haberse tirado hace años.

Pero los periodistas de todo el mundo, incluido Australia, están empezando a redescubrir no sólo el potencial de los archivos de generar interés, sino también la posibilidad de ingresos.

The New York Times colaboró con Google para digitalizar millones de registros que estaban guardados en la “morgue” (los cuartos de almacenamiento de los sótanos). En el proceso de descubrir los archivos, el potencial valor de los datos fue también revelado.

Los archivos no solo permiten a los periodistas acceder a contenido producido en el paso, sino que presenta la oportunidad de que ese contenido resurja y sea monetizado.

El valor de los archivos

En 2014 The New York Times publicó un Reporte de Innovación, una gigantesca reflexión sobre los desafíos que enfrentó la cabecera, así como una exploración de las futuras direcciones para mantener a la empresa rentable e impactante.

También hubo un reconocimiento de las oportunidades que se habían perdido debido al enfoque intenso en las noticias y en sus características:

“En un mundo digital, la riqueza de nuestro archivo ofrece una de nuestras más claras ventajas contra los nuevos competidores. En el momento de imprimir este reporte, tenemos 14.723.933 artículos, que datan desde 1851 y pueden resurgir de manera útil u oportuna. Pero rara vez pensamos explorar nuestro archivo».

El reporte identificó algunas de las maneras en las que el contenido podía ser reutilizado para generar ingresos en el presente:

● Licenciar el contenido, ya sean imágenes o artículos
● Resurgiendo contenido duradero en el tiempo como pueden ser recetas
● Resurgiendo artículos antiguos que puedan ayudar a proveer a los lectores con determinada contenido mientras estén leyendo sobre eventos actuales, como puede ser creando hilos de historia.

El contenido duradero es parte de la estrategia de las redacciones, y su existencia desafía la suposición de que el contenido que no es nuevo, carece de valor.

Forbes describe a este contenido como uno que “sigue rindiendo valor mucho después de su publicación», y cita ejemplos como guías prácticas, infografías y piezas de investigación originales. Si se presta atención a cualquier editor de medios de comunicación, es probable que se encuentre algún resabio de este tipo de contenido duradero entre las noticias de última hora.

Desde estampados hasta remeras personalizadas

La venta de ediciones anteriores y las impresiones de la primera página no es nada nuevo, pero la era digital está permitiendo a las distintas marcas de medios de noticias diversificar sus ingresos al ofrecer a los clientes productos y servicios que van más allá del mundo de las noticias.

Condé Nast, que es dueña de ciertas marcas como The New Yorker, Vogue y GQ, ha desarrollado una exitosa línea de comercio electrónico en la que se pueden comprar arte, dibujos animados e impresiones fotográficas. Además de las impresiones enmarcadas y de lienzo, los clientes pueden solicitar los diseños en remeras, bolsas de mano, fundas para teléfonos y tazas de café. Gracias al modelo de impresión bajo demanda, Conde no debe mantener ningún inventario.

El editor utiliza su «vasto archivo de casi 8 millones de fotografías, dibujos animados e ilustraciones» para obtener los diseños de estos productos, según el sitio web de la tienda.

En 2017, The New York Times especuló si Condé Nast estaba «sentado en una mina de oro» en un período en el que se está cuestionando el modelo de ingresos tradicional.

Cathy Hoffman Glosser, vicepresidenta senior de licencias de Condé Nast en 2015, fue citada por el Times diciendo que las imágenes «tienen un valor sin precedentes».

Condé Nast está lejos de estar sola: las empresas de comercio electrónico tienen un valor agregado para The Wall Street Journal y The Washington Post.

En Australia, Nine’s, The Sydney Morning Herald, The age y AFR ofrecen una variedad de productos en su sitio web, The Store, que incluyen libros de cocina de recetas, dibujos animados impresos en paños de cocina y grabados de portadas del diario de días históricos en la historia de Australia. Pero The Store también vende productos no relacionados con noticias, como audífonos y prendas, que han sido curados por un equipo de artistas, diseñadores y periodistas de Nine’s.

Nine también usa modos más tradicionales de extraer valor de sus archivos, como ofreciendo copias de ediciones anteriores, obras de arte y fotos utilizadas en periódicos y licencias para que otras empresas utilicen contenido con fines comerciales.

News Corp Australia ofrece contenido de su foto y archivo de portada, así como ediciones anteriores:

“Ya sea una portada para conmemorar una ocasión importante, una página trasera que celebre a tu equipo deportivo favorito o una página interior con una foto e historia especial, obtenga a su propia copia impresa en papel fotográfico de cualquiera de nuestros más de 150 periódicos alrededor del país”.

The Guardian ofrece un archivo de contenido de búsqueda masiva desde 1791 hasta el presente. El acceso completo al archivo comienza en $35,95 dólares al mes, pero incluso una cuenta gratuita permite a los usuarios crear y compartir recortes de periódicos.

Los editores de los medios de comunicación también han volcado su mano en la producción de libros, desde el volumen de NT News que celebra su historia de titulares extravagantes hasta The New Yorker que celebra todas las cosas felinas en su Libro de los Gatos. The Economist imprime agendas y un calendario.

Confianza y responsabilidad

Una función final del archivo es proporcionar un registro seguro, confiable y accesible del pasado.

Un informe de investigación de 2019 del Tow Center for Digital Journalism encontró que de las 21 organizaciones de noticias encuestadas, «la mayoría de los medios de comunicación no habían pensado siquiera en estrategias básicas para preservar su contenido digital».

«En una era en la que el periodismo ya está bajo ataque, administrar su historial y futuro es tan importante como siempre».

Por supuesto, la digitalización puede ser un proceso largo y costoso, pero los recientes avances en la tecnología ayudan.

Artículo publicado originalmente en inglés, traducido por Adepa.